El régimen de las bandas organizadas

La pregunta que me formulan a menudo también se la hacen los venezolanos a cada hora del día: cómo es posible que un régimen que acumula el más grande rechazo del que se tenga noticia desde hace casi un siglo, todavía se mantenga en el poder.Cómo es que, luego de que 8 de cada 10 electores señalan a Maduro y su gobierno como los responsables de la destrucción nacional, siguen ahí, empeorando las cosas a un ritmo despiadado.La de Maduro no es una dicta dura con antecedentes en América Latina. No es comparable a la Pérez Jiménez ni a las protagonizadas por los militares en el Cono Sur. Se trata de una que tiene fundamento en un narcoestado, es decir, un Estado dominado por los intereses del narcotráfico, un Estado sujeto por las prácticas de los carteles de la droga.Los lectores deben recordar lo siguiente: cuando Hugo Chávez decidió emprender una campaña de insultos y falsas acusaciones en contra del presidente de Colombia de entonces, Álvaro Uribe Vélez, decidió establecer alianzas con las bandas de narcotraficantes, terroristas y secuestradores de las FARC y el ELN.Informes de inteligencia revelan que no fue una política improvisada, sino un plan: pelear con Uribe para legitimar la relación con la delincuencia organizada de Colombia. Con los dineros de los venezolanos se organizaron guaridas seguras para los guerrilleros en territorio venezolano los llamados aliviaderos, se les facilitó el tráfico de armas, se les dotó de servicios de salud, se les crearon facilidades para sus operaciones delincuenciales. La calamidad no tardó en aparecer: poco a poco los jerarcas del régimen se involucraron en el negocio. Usaron las potestades del Estado para garantizarles operaciones seguras en territorio venezolano.Se han publicado decenas y decenas de informaciones en la prensa de todo el mundo que dan cuenta de cómo Venezuela se ha ido convirtiendo en la principal ruta de paso de la droga que viene de Colombia y, según informes recientes, del norte de Ecuador y del norte de Brasil. Los cargamentos de droga son trasladados a Venezuela, desde donde salen, por distintas vías, hacia Norteamérica y Europa. En pasquines de la prensa izquierdista publicados por afectos al Foro de Sao Paulo, se ha llegado al extremo de afirmar que Estados Unidos y la Comunidad Europea no tienen moral para recriminar el negocio del narcotráfico, porque el mayor número de consumidores de drogas ilícitas viven en esos países. Nada es más sintomático de la putrefacción del...

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