El republicanismo de 1811: legado y desafío

1811 no solo importa porque marca la fecha del inicio de la Independencia de Venezuela, es decir, de un fenóme no fundamental para la sociedad.Cuando los valores proclamados por el Congreso de la Confederación triunfan contra los realistas españoles, pero también contra los realistas nacidos en el país, comienza una historia protagonizada por actores venezolanos en un mundo cambiado del todo por las independencias de las otras naciones del vecindario. Es obvio, por lo tanto, que el 5 de Julio conmemorásemos un hecho trascendental.Para no volver a una machacada obviedad, ahora se tratará de mirar con ojo distinto algunas propuestas y conductas de entonces, sin cuya valoración se mantiene el carácter de festividad vacía desde el cual la memoria más habitual ha confinado los hechos.Sentirán mal comienzo en el em peño, cuando un texto que ofrece análisis distanciados de los usuales se detenga en el republicanismo que entonces se fundó. ¿No es la más obvia de las realizaciones de los padres fundadores? Si juzgamos por la oposición que produjo entre los líderes más importantes de la época, la óptica debería cambiar. La forma de administración de la sociedad que sale de los escaños de 1811 va a recibir los embates de su tiempo sin que por ello pierda vigencia, sin que desaparezca de la sensibilidad del pueblo hasta nuestros días. Los padres fundadores proponen un concierto armonioso para el ensayo de los primeros pasos, una administración equilibrada a la cual controlaran los frenos y los contrapesos, un trabajo con cabezas renovadas cada cierto plazo, una cartilla que se haría más atrevida solo cuando el apremio de las circunstancias lo recomendara. Que los realistas se opusieran al proyecto y lucharan por borrarlo de la faz de las colonias tiene sentido, pero el hecho de que los propios patriotas se empeñaran en su desarraigo sin lograrlo, le concede cualidades de permanencia y reto sobre las cuales conviene insistir, aun cuando se meta uno con virtudes consolidadas.Las ejecutorias de 1811 no son solamente condenadas por gentes como Monteverde y Boves, sino también por el propio Bolí var y por quienes desconfían de las deliberaciones del principio.El Libertador las echa a la basura en 1813, cuando habla de repúblicas aéreas que convertirá en...

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