Ripios y conexos

No cabe duda de que la nueva ley que regula las actividades laborales es un gran acto de demagogia, una gran red para atrapar incautos y desprevenidos. Por supuesto que tiene importantes mejoras en comparación con la anterior, como la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales y que se haya ampliado a seis meses y medio el reposo pre y posnatal, pero la duda me asalta y me recorre un escalofrío cuando escucho el nombre que le pusieron. Del esperpéntico nombre ÂLey Orgánica del Trabajo para Trabajadores y Trabajadoras nada bueno se puede esperar. Contraviene el espíritu del idioma que habla la mayoría de los venezolanos. Además de mi absoluto convencimiento de que no se trata de una ley orgánica Âno fue aprobada por los 2 tercios de las organizaciones políticas que integran el Poder Legislativo y, por tanto, ni con canciones le calza ese apelativoÂ, me llena de dudas que se insista en que es para los trabajadores y trabajadoras. ¿Acaso podría ser una ley del trabajo para el manejo de zoológicos o una ley del trabajo para mangazones y manganzonas? El ripio molesta, pero seamos comprensivos y achaquémoselo al manorrotismo que se impuso en el país como estilo de gobierno con el Plan Bolívar 2000 y que consiste en no gastar 2 millardos de bolívares cuando se puedan gastar 100 millardos o, mejor, 798 millardos, y todos...

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