El rugido del ratón

La intimidación es una vieja estrategia psicológica que intenta mostrar un poder sobre los demás a través de la amenaza o el temor. Con frecuencia se utiliza como máscara para que los otros se atengan a esa imagen de supuesta fortaleza, y evitar así el riesgo que puedan ver la real debilidad de quien se esconde detrás de tal artificial careta. Así, la recurrencia desesperada a la intimidación es el recurso de los frágiles para evitar quedar desnudos en su impotencia.En sus momentos de mayor debilidad, el actual gobierno recurre con frecuencia a una risible intimidación que no busca tanto engañarse a sí mismo como a esperar que los demás crean en su inexistente fortaleza. Y el último de estos episodios lo veremos en los próximos días a propósito de la llamada renovación de los poderes públicos, en especial de la directiva del CNE.El nuestro es un gobierno precario. Carcomido hasta los tuétanos por la corrupción y la inefi ciencia, sufre un inocultable deslave en sus bases de apoyo, que escapan de la fi delidad ofi cialista en respuesta a la indolencia y degradación de su dirigencia. Pues bien, esta administración, signada por el apúrate-a-robar-rápido-ytodo lo que puedas-porque no sabemos cuánto va a durar esto, aspira a una repartición de cargos en el CNE que no sólo es contrario a lo que estipula la Constitución, sino que es igual a la que se impuso en la época dorada del chavismo, cuando gozaban de un inmenso apoyo ciudadano.Con una arrogancia que ocul ta su enorme fragilidad, el ofi cialismo plantea que el país que se le opone se contente con una exigua y casi simbólica representación en la nueva conformación de los poderes públicos, como si estuviéramos congelados en 2006.De imperar un mínimo de sana racionalidad, la fragilidad institucional del actual gobierno debería justamente llevar a la dirigencia ofi cialista a buscar reforzar su piso de estabilidad democrática, recogiendo y dando cabida en las estructuras del Estado a la gigantesca fuerza del país que le es contraria.En los actuales momentos, el...

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