Una silla de plástico convertida en clásico

Verner Panton conforma, junto a Hans Wegner, Arne Jacobsen, Finn Juhl y Borge Mogensen, la élite del diseño danés, cuya excelencia fue reconocida mundialmente durante las dos décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Al igual que sus colegas y compatriotas, fue prolífico y polifacético, pues se dedicó a varias áreas del diseño. Panton era considerado el conceptualista con sentido del humor que en un golpe de inspiración convertía una estructura en un diseño innovador. Este creador asistió a la Escuela Técnica de Odense y más tarde estudió Arquitectura en la Real Academia de Bellas Artes de Copenhague. Entre 1950 y 1952 trabajó en la oficina de arquitectura de Arne Jacobsen. En 1955 abrió su propio estudio y captó la atención por sus numerosos diseños de asientos, lámparas, textiles e instalaciones para exposiciones.

Romper paradigmas. En la década de los sesenta, las nuevas formas de plástico y las molduras por inyección, eran cada vez más habituales en los procesos fabriles. La versatilidad de este material facilitó inclusive, el uso de colores chillones que configuraron una estética asociada con la alegría juvenil y alejada de la atemporalidad del funcionalismo. Este contexto favoreció la tendencia de Verner Panton al empleo de colores intensos y al juego con las formas geométricas. Así surgió, en 1960, la Silla Panton (Panton Chair), un asiento de plástico de una sola pieza, cuyo precedente fue una silla en forma de "S" en madera contrachapada concebida en 1955 con la colaboración de Thonet. En 1962, Verner Panton ofreció los derechos de la silla a Herman Miller. Se trasladó a Basilea para ayudar a Willy Fehlbaun -titular de esta compañía en Suiza y fundador de Vitra-, en el proceso de producción que se prolongó por cinco años hasta que finalmente se logró el objetivo en colaboración con Vitra. Para realizar esta propuesta se requería de un material con la resistencia estructural y las propiedades para ser moldeado en una pieza grande sin que se fracturara o deformara al enfriarse. Una manufactura de tales características requería de una tecnología de inyección de plástico muy avanzada y de un molde costoso. Ese proceso industrial era posible, en teoría, en los años sesenta y aún así las primeras sillas Panton fueron hechas de un modo artesanal, porque la tecnología para desarrollarla es tan compleja que su producción, tal como originalmente fue planteada, fue posible hace sólo dos décadas. Actualmente está la Panton Chair...

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