Simon, H.

AutorGuanipa, Ronald Balza
Cargo1982

Simon, H. (1982) Reason in human affairs, USA, Stanford University Press, 115 pp.

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

La aproximación neoclásica a la economía y la política parte de la definición axiomática de un tipo racionalidad individual, según la cual los agentes toman sus decisiones. Suponiendo que los agentes conocen exhaustivamente el conjunto de sus opciones y que son capaces de ordenarlas de modo completo y consistente, los neoclásicos postulan que la decisión individual es representable por medio de un problema de optimización restringida matemáticamente formulado. Las restricciones procuran definir el ambiente en el cual el individuo toma su decisión, utilizando parámetros explícitos para ello. Estos parámetros, que los agentes consideran datos en su problema de elección, pueden ser de dos tipos. Un grupo es el de las variables cuyo valor se determina por la interacción de los agentes, influyan deliberadamente o no en su determinación. Otro : grupo es el de los parámetros cuyos valores se determinan exógenamente, afectando los resultados de los sistemas propuestos sin ser afectados por ellos.

El marco neoclásico ha demostrado extraordinaria flexibilidad para abordar diversos temas con probado rigor lógico. Eligiendo convenientemente variables de elección, funciones objetivo, restricciones y reglas de interacción, ha sido posible construir modelos donde los agentes son egoístas o altruistas, tienen en cuenta el tiempo o no, consideran la incertidumbre o no, reconocen la influencia propia y de otros en el resultado de la interacción o no. Aun cuando buena parte del trabajo inicial se destinaba a explicar el funcionamiento del sistema de mercados, el enfoque neoclásico contribuyó a replantear problemas de decisión social, intervención gubernamental, conflicto entre partidos políticos, acuerdos entre productores de bienes, crecimiento económico y otros muchos abordados previamente por otras disciplinas, como la demografía.

En un contexto de abundantes aportes, la explicación neoclásica ha influido significativamente sobre la opinión de los economistas y sus recomendaciones en relación con el sistema de mercado, el papel de los gobiernos y otros muchos asuntos donde hay múltiples fines y medios escasos. En buena medida, porque la teoría neoclásica sugiere que, dadas las restricciones (o elegidas arbitrariamente), los problemas de decisión tienen soluciones óptimas. Si el mercado, como ejemplo de mecanismo de asignación, fuera incapaz de alcanzar un óptimo social claramente definido, es posible sugerir (bajo ciertas condiciones) políticas dirigidas a corregir las fallas. Aun cuando el enfoque neoclásico claramente reconoce que distintos "óptimos" sociales no son comparables entre sí (en el sentido de Pareto), creando nuevos problemas de decisión, sugiere la existencia de resultados inmejorables (en un sentido bien definido). También sugiere que pueden alcanzarse aun si los sistemas no los alcanzan automáticamente, lo que fundamenta la convicción de que es posible "controlar" los sistemas sociales para garantizar el logro de resultados "óptimos".

Si n embargo, la definición axiomática de racionalidad, esencial en el planteamiento matemático del problema de la elección, introduce también importantes limitaciones al enfoque neoclásico. North (2005:7) escribe:

¿Qué tan exitosamente estamos controlando nuestro destino? En la tradición de Herbert Simon, quien llamó nuestra atención al respecto, ¿qué diferencia hace que el comportamiento de los seres humanos no sea sustativamente racional, lo que implicaría conocimiento pleno de todas las posibles contingencias, exploración exhaustiva del árbol de decisión y la correcta comprensión de la relación entre acciones, eventos y resultados? La respuesta corta es que hace mucha diferencia. La historia económica es un deprimente recuento de errores de cálculo que llevaron al hambre, la devastación, la guerra, la muerte, el estancamiento económico y la declinación, incluso desaparición de civilizaciones enteras. Y aun la más casual inspección de las noticias de hoy sugiere que este recuento no es únicamente un fenómeno histórico. Según Herbert Simon (1947/1997:72), en efecto, suponer "que los seres humanos siempre (o generalmente) son racionales" era un error de concepción que "permeó la teoría política utilitarista y una gran parte de la teoría...

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