Susana Duijm, la reina que vivió a su manera

Yo lo que tengo es un tipo. Un conjunto. Y eso fue lo que gustó en Europa. A los 15 años tenía admiradores como arroz. Fiesta que iba, fiesta que se acababa a tanganazo limpio, porque los amigos de mi barrio eran celosos y no permitían que bailara con nadie. Así le dijo una vez Susana Duijm al periodista Nelson Hippolyte Ortega. Después agregó: Siempre he hecho lo que me ha dado la gana. Vivo y dejo vivir. No me ocupo de los demás.Directa, honesta, traviesa.Así la describió su madre, Carmen Zubillaga de Dujim, al día siguiente de haber sido coronada como Miss Mundo: Era viva, vivísima. Quizás mucho más viva de lo que es ahora.Contaba apenas 2 años y cada vez que pasaba un heladero se asomaba a la ventana y lo llamaba: `Heladero, mi mamá me dice que me venda un helado y que venga a cobrar después. Fue ese desparpajo el que la convirtió en reina, el que le dio a Venezuela otro título: el país de las mujeres bellas.Nació en Aragua de Barcelona el 11 de agosto de 1936, hija de un trabajador petrolero de Surinam y de una venezolana que vendía ropa.Aprendió algo de inglés cuando vivió en Aruba y antes de conquistar al jurado de Londres trabajó en los Almacenes Hudson de El Silencio y fue recepcionista de la Organización Ciudad Balneario Higuerote. Esa mujer de elegancia natural sufrió un ACV el jueves y falleció el sábado, a las 5:20 pm, en la clínica La Fe de Porlamar, en la isla de Margarita.Mientras estuvo hospitaliza da, familiares y amigos pidieron a través de las redes sociales y medios de comunicación medicamentos y ayuda monetaria para cubrir los gastos.La velaron ayer en la mañana y en la tarde fue el sepelio en el Campo Santo de Porlamar.Desde Chacaíto hasta Londres. Todo comenzó una tarde de mayo de 1955 en una parada de Chacaíto. Dos meses después estaba participando en el concurso Señorita Venezuela, en el que se impuso ante una joven de la alta sociedad, aun en contra de los deseos de Wolfgang Larrazábal, el único militar del jurado. Carola Reverón de Behrens pidió que la decisión quedara en manos del público y en el salón Naiguatá del hotel Tamanaco los aplausos la beneficiaron, pero nunca recibió los premios prometidos.En agosto quedó entre las fi nalistas del Miss Universo, celebrado en Long Beach, California. Contó que no obtuvo una mejor posición porque no sabía caminar con tacones: Se me doblaban las piernas. En octubre fue al Miss Mundo, invitada por la directiva. Se convirtió en la primera latinoamericana en lograr tal...

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