El teatro habla a medias de una sociedad dividida

Desde sus inicios, cuando la escena era la lucha entre el hombre y Dios, entre la vida y el destino, el teatro ha recreado una realidad. Un mundo que parte del nuestro, en el que el espectador es capaz de reconocerse. Consciente o inconscientemente, allí ve sus problemas y más profundos deseos.El periodista y crítico Car los Paolillo señala que a través del teatro y la danza han quedado expuestos los acontecimientos y los valores que han orientado a la humanidad a lo largo de los tiempos.El arte escénico expresionista alemán, por ejemplo, representa una suerte de conciencia crítica ante la devastación bélica de principios del siglo XX. Acusaba con extrema racionalidad y se separaba de la emocionalidad excesiva que perturbaba el buscado juicio crítico. Así lo hicieron el dramaturgo Bertolt Brecht y el coreógrafo Kurt Jooss.En las últimas dos déca das, la conflictividad política y social no solo se ha reflejado en las tablas, también ha cambiado su realidad: se han quebrado las relaciones entre el Estado y las artes escénicas. Reducción de subsidios -o apoyo con condiciones-, polarización y rechazo han ocasionado que la gestión independiente alcance un repunte en la búsqueda de la supervivencia. Esto ha estimulado la creatividad y libertad, pero ha generado una merma de compañías. Los directores no pueden mantener una planta de actores y escasean los espacios para ensayo y trabajo de investigación.La crisis ha sido tan gran de que nos ha dejado un poco indefensos artísticamente ante ella. Sin embargo, creo que estamos reaccionando y cada vez más la gente de teatro está clara en la necesidad profunda de decir, afirma Orlando Arocha.El director es uno de los que encabeza La Caja de Fósforos, una sala teatral en la Concha Acústica de Bello Monte que se presenta como bastión del buen teatro, de la palabra crítica y la diversidad de autores. Estamos claros de cuál es la visión nuestra: ir a la crisis, hablar de ella. Como decía Brecht, en los tiempos oscuros cantaremos de los tiempos oscuros. El teatro es como una asamblea que está ahí para que discutamos, a veces de una manera cómica, positiva o negativa, pero son obras que miran lo que está pasando.La Sala Rajatabla, en Be llas Artes, es otro de los lugares donde la realidad se cuestiona. Nosotros tenemos un filtro. Es importante que los textos tengan un mensaje. No montamos vodeviles, ni nada para reírse. No acostumbramos a hacer espectáculos con grupo de maletín. Trabajamos temas de...

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