Tiempos de dictadura

Un hombre viejo habla, otro viejo lo mira. El último se da cuenta de que lo que el primero está diciendo le sucedió medio siglo atrás, o sea, cuando era muy joven. Yo soy el viejo que habla y soy el viejo que mira, y el que se asombra de la magia del cine. Veo el documental Tiempos de dictadura de Carlos Oteyza y pienso que todas aquellas historias sucedieron cuando yo tramontaba los 20 años, y unos hijos de perra torcieron mi vida para siempre. Yo tenía 21 años de edad cuando los militares derrocaron al presidente Gallegos, y 25 cuando me enviaron a una prisión salvaje en la margen derecha del Orinoco. Con excepción de la época de Juan Vicente Gómez, en ninguna otra de nuestra historia se perpetraron tantos y tan terribles crímenes políticos como los cometidos para despejarle el camino del poder absoluto al teniente coronel, coronel o general Marcos Pérez Jiménez. El primero de los crímenes ocurrió en las más altas esferas del propio gobierno militar, el 13 de noviembre de 1950. Pocos instantes después de salir de su residencia y de haber tomado su vehículo para dirigirse al Palacio de Miraflores, fue secuestrado el presidente de la Junta Militar de Gobierno, el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, asesinado poco después en la quinta Maritza de Las Mercedes. El 21 de octubre de 1952, Leo nardo Ruiz Pineda, secretario general de Acción Democráti ca, fue asesinado en una calle de San Agustín del Sur. Tenía 37 años. Semanas después, el 30 de no viembre, los venezolanos votamos por una Asamblea Constituyente. Las vísperas de sangre presagiaron una gran derrota para el régimen y así ocurrió. El partido URD tuvo una vic toria incuestionable, pero los votos no sirvieron de nada. El hombre fuerte, Pérez Jiménez, dio otro golpe de Estado, le bastó lanzar los tanques a la calle para que la gente se aterrara. El presidente del Consejo Electoral, Vicente Grisanti, se asiló en la Embajada de Brasil. Con porteros y policías, hicieron el primer quórum de la Constituyente. La gran farsa avanzó con tanta premura que la revista Ti me abril 16, 1953 escribió en tono burlón: Los venezolanos se entera ron una noche de la semana pasada de que su país tendría muy pronto: un nuevo Congreso, una nueva Corte de Justicia, nuevos representantes en legislaturas estadales y municipales, una nueva Constitución y el mismo `hombre fuerte? de antes como presidente por un período de cinco años. Los votantes no tendrían que preocuparse de elegir a sus funcionarios. Todo...

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