Turbulenta relación China-EE UU atiza la geopolítica del siglo XXI

Con la promesa de que su gobierno se comprometerá a afianzar la democracia y los derechos humanos en China, el presidente Hu Jintao dio un giro a la política de Pekín el miércoles, cuando fue recibido en la Casa Blanca por su homólogo Barack Obama, por tan inédita declaración, jamás expresada por la línea de sucesión que comenzó con Mao Zedong.

El anuncio de Hu crea amplias expectativas en un escenario donde ha imperado la renuencia a flexibilizar el talante represivo y le otorgó nuevos aires a las divergentes relaciones que mantienen las dos mayores potencias económicas del planeta, en tensión constante y en múltiples frentes, aunque con una inevitable interdependencia que las obliga a encausarse por una senda amistosa.

El dinamismo de estos actores configura un nuevo esquema para la geopolítica apenas transcurrida la primera década del siglo XXI.

"Continuaremos nuestro esfuerzo por mejorar la vida de los ciudadanos y mejorar la democracia y el imperio de la ley. Hemos hecho enormes progresos en derechos humanos, como ha reconocido el mundo, pero mucho más se tiene que hacer. Mantendremos el intercambio aprendiendo de otros las buenas prácticas", se extrae de la declaración del mandatario chino.

Tan claro anuncio para un país con claras faltas a las libertades de sus 1,3 millardos de ciudadanos, sin duda busca consolidar el reconocimiento de China como potencia mundial más allá del ámbito económico. También es ineludible el tema para Obama, que debe responder por los valores que pregona Estados Unidos y a las presiones de grupos políticos internos, además de rendir sus compromisos como Nobel de la Paz.

De los bombos y platillos queda ahora aplicar lo dicho, sobre todo por tan polémicos antecedentes como las restricciones al actual Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, o la arremetida contra la autonomía del Tíbet.

Mutuo interés. La firma en Washington de contratos por más de 45 millardos de dólares, que incluye la compra por parte de China de 200 aviones Boeing, ratifican que la economía es columna vertebral en la relación, en medio de otros factores de peso que van dando forma a unos vínculos de interdependencia.

Por citar un ejemplo, la compra de bonos de la deuda pública estadounidense por China ascendía en octubre de 2010 a 900 millardos, según el Departamento de Hacienda. Como contraparte, el círculo se cierra con la considerable exportación del gigante asiático al mercado del coloso estadounidense.

No obstante los guiños, el pilar comercial...

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