Las universidades están en los huesos

La marcha que ayer salió de la Ciudad Universitaria y se dirigió a la sede de la Asamblea Nacional terminó con nueve heridos. A pesar de que la caminata fue pacífica, después de que la comisión formada por estudiantes, profesores y obreros logró reunirse con una comitiva de diputados, encabezada por el ex ministro de Educación Luis Acuña, un grupo de individuos armados con palos y objetos contundentes interceptó a los estudiantes que regresaban a la estación del Metro La Hoyada. Gaby Arellano, consejera universitaria de la Universidad de los Andes, asegura que los agresores eran aproximadamente 30 personas identificadas con el oficialismo, que aprovecharon la dispersión de la marcha. Salimos de la Asamblea Nacional custodiados por una comisión de 15 guardias nacionales, dispuestos por el diputado Acuña para nuestra seguridad; pero cuando llegamos al Metro, sólo quedaban 3 funcionarios y los violentos arremetieron contra nosotros, relató. Entre los heridos están el presidente de la Federación de Centros Estudiantiles de la UCV, Juan Requesens, y Oneiber Peraza, presidente de la FCU de la Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado, que recibió fuertes golpes en el cráneo, ante la indiferencia de los funcionarios de la GN, que no intervinieron para detener el ataque. Sólo nos ayudó el personal del Metro de Caracas y agentes de la Policía Nacional que salieron de la estación. También prestaron primeros auxilios a los heridos, dijo Ana Karina García, consejera universitaria de la Universidad Católica Andrés Bello. Arellano indicó que las agre siones serán utilizadas hoy como prueba para hacer una denuncia formal ante la Fiscalía: Iremos también a la medicatura forense, de ser necesario. Hoy nos duele el cuerpo por los golpes, pero eso le da más fuerza al movimiento es tudiantil para seguir adelante y muestra al mundo que en este país la Fuerza Armada es cómplice de las agresiones de quienes sostienen una posición crítica contra el Gobierno. Caminantes hacen camino. Agrupados en la puerta Tamanaco de la UCV, los universitarios no parecían demasiados. Muy cerca del mediodía, la marcha aún no comenzaba y, por momentos, parecía que el calor tendría más fuerza que estudiantes, profesores y empleados concentrados en defensa de la autonomía universitaria, los sueldos y, en líneas generales, la situación de las dotaciones estudiantiles. Al comenzar la marcha, la percepción cambió. No es fácil insertar a una masa humana, grande o pequeña, en una...

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