Venezuela en el espejo de los 90

U n gobierno al que más de la mitad de la población quiere sacar, una economía golpea da por los bajos precios del petróleo, un sistema que ya no parece responder a las demandas de la ciudadanía y que es guiado por un partido político que se juega el control del poder y un grupo de privilegiados a los que la situación nacional parece no afectarlos y cuya desfachatez al momento de gastar en fiestas es criticada por una buena porción de la sociedad.Esa era la Venezuela de fina les de los años ochenta y la mayor parte de la década de los noventa. Pero la descripción también calza al pie de la letra con la coyuntura que presenta el país actualmente. Aunque los protagonistas son distintos, defienden ideologías diferentes y sus respuestas ante la problemática han sido dispares, el panorama general y las consecuencias para la gente también son similares: la cotidianidad se hace cada vez más difícil y se empiezan a barajar opciones de cambio poco comunes.En 1968 el politólogo estado unidense Samuel Huntington presentó el libro El orden polí tico en las sociedades en cambio.Una de las tesis principales de ese trabajo sirve para estudiar la crisis actual del país y la vivida en los noventa.Según el académico, en las so ciedades modernas aumentan los niveles de participación de la población, lo que requiere de un incremento de la institucionalidad del Estado para cana lizar la entrada de esos nuevos actores. Para esto son claves los partidos políticos y que exista un contrato social aceptado por los distintos miembros de la sociedad.Cuando el aumento de la par ticipación no es acompañado por mayores niveles de institucionalidad, comienzan los problemas. Al no poder canalizar sus demandas por vías regulares y efectivas, los distintos grupos recurren a canales particulares y se pierde el orden social. Este tipo de sociedades son calificadas por Huntington como pretorianas y sucumben al caos político.En la década de los noventa, Venezuela se salvó por poco de caer en esta calificación. La crisis se resolvió por la actuación de la Fiscalía y la Corte Suprema siguiendo mecanismos constitucionales que acabaron con la salida del presidente Carlos Andrés Pérez. Se entiende entonces que la institucionalidad fue mayor a la participación, indica Luis Alberto Buttó, historiador y profesor de la Universidad Simón Bolívar.Eso ocurrió luego de dos in tentos de golpes de Estado y tras momentos de tensión que pusieron al país al borde del caos. Hoy se corre un riesgo...

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