Juan Villoro escribe sus narraciones en clave filosófica

2012 es el año de Juan Villoro. Recibió el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso por su extensa y versátil obra y el sello Candaya editó Materias dispuestas: Juan Villoro ante la crítica, en el que participaron los más eximios intelectuales de las dos esquinas de la lengua castellana y que lo colocó entre los grandes de la literatura en castellano junto con Roberto Bolaño, Ricardo Piglia y Enrique Vila-Matas. Una de las claves de esta en trada al salón de la perdurabilidad literaria puede leerse en la publicación de Candaya, en la que los académicos mexicanos José Ramón Ruisánchez y Oswaldo Zavala editores del libro señalan que entre las resonancias que había dejado el boom y las interpretaciones originales y diversas del posboom como Severo Sarduy, Abel Posse, Luis Rafael Sánchez, Villoro se abre paso trazando de nuevo una genealogía intermitente que asume con cautela lo borgeano ..., pero también la reinvención de un espacio. Y, mientras esto ocurría este año, el autor mexicano publicó dos libros: la colección de crónicas ¿Hay vida en la Tie rra? y la novela Arrecife, ambas unidas por la obsesión que Villoro demuestra con la falta de experiencias reales, alejadas de la violencia, en el mundo contemporáneo. --Arrecife comienza en el registro policial, pero se convierte en la historia de la redención de Góngora. ¿No le gusta el género policial? --Me gusta mucho, pero no lo practico. La novela tiene que ver con lo policíaco en la medida en la que hay un crimen y hay una investigación, pero también quería ser fiel a la realidad de México, donde conocer al culpable no necesariamente implica que se imparta justicia. Al mismo tiempo, quería que esto produjera una incertidumbre moral. Una de las cosas que más me interesan de las novelas es que al comprenderlas veas el enigma y quedes pensando ¿por qué pasó esto?

--Eso es hacer filosofía desde la narrativa. --Depende del grado de profundidad que tenga la novela. En Arrecife hay una víctima inocente, pero no del todo: Ginger, queriendo hacer el bien, causó estropicios y metió en problemas a muchos. Pero también se puede entender a su verdugo: está reparando un dolor que causa esta circunstancia. No quería moverme en el blanco y negro de víctimas y culpables, sino que el lector, una vez que entendiera la trama policíaca, hiciera sus reflexiones morales sobre lo que pasó. --Y en el centro de todo esto está Góngora, el protagonista de la novela. --Es como el caso del Edipo rey de Sófocles...

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