Yanomami

Después de varios días de titubeos, el Gobierno decidió que era conveniente enviar una comisión oficial a la región selvática del Estado Amazonas, para comprobar una denuncia hecha pública a principios de semana. Se trata de la presunta matanza de 80 seres humanos pertenecientes a la etnia yanomami, en julio, por un grupo de garimpeiros, es decir, mineros ilegales procedentes de Brasil. Hace bien el ministro del Interior, Tareck el Aissami, al enviar a la zona en cuestión a funcionarios de la Fiscalía General, a personal del Cicpc y a integrantes de la Fuerza Armada, para que esclarezcan si es cierta la matanza denunciada por un diputado y por organizaciones no gubernamentales que conocen bien el terreno. Según el ministro El Aissami, a través de la Guardia Nacional se logró contactar a integrantes de siete comunidades que habitan esa selva fronteriza. Todos respondieron que no afrontaban problemas de violencia con garimpeiros. Falta localizar a dos tribus que se mueven por lugares muy aislados, de difícil contacto. "Ojalá y Dios quiera que las que falta contactar estén también sin ningún tipo de situación ni violencia", dijo, con un suspiro, el ministro. Y no es para menos porque después de la tragedia de Amuay, que causó más de 40 víctimas mortales (nunca se sabrá el número real de los que perecieron), centenares de casas destrozadas y expendios de alimentos saqueados, otra tragedia vendría a fortalecer la fama de candidato pavoso que carga encima el aspirante a la reelección. La comisión que...

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