40 años de la Escuela de Artes de la UCV: entre orgullo y carencias

M ario Becerra tiene 23 años de edad y es tesista de la Escuela de Artes de la UCV.Está sentado en uno de los pasillos. Espera a una profesora.Mientras, habla del lugar en el que estudia. Hay problemas, pero es lo mismo que ocurre en el resto de la universidad, el inconveniente de los recursos, del personal y de apoyo gubernamental para la investigación; su acierto, sin embargo, sigue siendo el poder asumirse como un centro para pensar y estudiar sobre arte.Cerca de él está Sebastián Acosta, estudiante de 20 años de edad que cursa el cuarto semestre. Coincide en varios puntos con su compañero. Ocurre lo mismo que en el resto de la sociedad y todas las universidades venezolanas. No se trata del abandono, sino del déficit de recursos, pero a pesar de todo se mantiene abierta y mantiene motivados a los estudiantes.Hay todavía una generación que se está formando, indica.La Escuela de Artes de la UCV cumple en 2018 cuarenta años, aunque el profesor Elías Castro, coordinador académico, recuerda que son más. Hace cuatro décadas pasó a llamarse así, pero antes, en 1952, había sido creado el Instituto de Artes, que estuvo adscrito a Humanidades. La escuela es una derivación, indica.Alicia Smith-Kelly es la direc tora y quiere una escuela con más presencia en todos los ámbitos, incluso ser parte del debate político que influye en la decisión de temas que afectan a la cultura.Pero primero tenemos que resolver otras cosas. Somos la pariente pobre de la Facultad de Humanidades. Ni siquiera tenemos una sede propia, a pesar de ser la segunda carrera con más demanda de la facultad, después de Comunicación Social. En estos momentos tenemos aproximadamente 800 estudiantes. Si hablamos de presupuesto, nos quedan 800 bolívares después de pagar gastos de servicios y profesores. El café que te acabamos de dar, por ejemplo, es traído de nuestras casas, dice la profesora, socióloga de profesión.Los salones los comparten con la Escuela de Letras y las oficinas administrativas están en el edificio de Estadística.Smith-Kelly afirma que las mayores deserciones ocurren en los primeros semestres.La mayoría emigra después de graduada, pero por lo general dejan la carrera los que están comenzado, especialmente muchachos del interior del país que no tienen para pagar residencia, transporte ni alimentos. El primer semestre suele tener un promedio de 100 inscritos, detalla.Califica de caótica la situa ción de los profesores porque son muy mal pagados. ¿Cómo se le...

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