El Acuerdo de Cooperación Laboral de América del Norte

AutorEfrén Córdova - Néstor De Buen
Cargo del AutorProfesor de Derecho del Trabajo de la Florida International University - Profesor Emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Páginas267-281
267
El Acuerdo de Cooperación Laboral
de América del Norte
I. LA HISTORIA PRELIMINAR QUE NO HAY QUE OLVIDAR.I. LA HISTORIA PRELIMINAR QUE NO HAY QUE OLVIDAR.
I. LA HISTORIA PRELIMINAR QUE NO HAY QUE OLVIDAR.I. LA HISTORIA PRELIMINAR QUE NO HAY QUE OLVIDAR.
I. LA HISTORIA PRELIMINAR QUE NO HAY QUE OLVIDAR.
Yo diría,...diría, que el ACLAN nació como una reacción frente a la
evidencia, vergonzante para nosotros, de que teniendo México una legislación
laboral nada despreciable (aunque requiera de una conveniente reforma que
actualice derechos de los trabajadores, mejore la productividad con reparto
de sus beneficios y acabe con el maldito corporativismo), ocurre que no la
aplicamos. Y para ello creamos, desde la sagrada Constitución, los instrumentos
que hacen muy difícil la justicia laboral: las famosas juntas de conciliación y
arbitraje, integradas en forma tripartita y totalmente dependientes de los
poderes ejecutivos, Federal y locales. Los intentos de que esos asuntos sean
resueltos por jueces de lo social dependientes del Poder Judicial, no han
prosperado. Pero prosperarán.
Nuestros vecinos del norte, los del norte mis cercano, no los del norte
canadiense, no tenían ni idea de que en México existía un derecho laboral de
no malas cualidades, al menos en el campo de los derechos individuales.
Tampoco los canadienses lo sabían aunque su opinión no importaba tanto.
Acostumbrados a que en sus inmensos territorios, sus leyes laborales sirven
para reprimir el derecho de huelga y hacer difícil el ejercicio de la libertad
sindical, pero no se ocupan de los derechos individuales, quedaron
sorprendidos cuando supieron que lo nuestro, en materia individual es mis
generoso, sin serlo ya, a estas alturas, demasiado.
Quizá no sabían que como todo buen sistema corporativo el mexicano,
siguiendo las huellas de los fascismos, es propicio a los derechos individuales
pero controla eficazmente los colectivos.
Por los rumbos de los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU, en lo
que sigue), los beneficios de los descansos, pago de tiempo extra, cierta
protección contra el abuso del trabajo infantil (que en el campo no se considera
trabajo, por alguna razón misteriosa), igualdad de condiciones de mujeres y
hombres y varios etcéteras, son conquistas logradas por sindicatos, que si son
sindicatos, en sus difíciles negociaciones colectivas.
No debe extrañar entonces que ante el anuncio de la posibilidad de
sindicales norteamericanas hayan alertado, con apoyo en los rumores (más

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