Aterrizaje forzoso

En un reportaje publicado ayer en este diario se pasa revista al estado de los aeropuertos en Venezuela y, por desgracia, los resultados le paran los pelos de punta hasta a un experimentado astronauta de la NASA. No se trata de que los servicios presenten fallas en los aires acondicionados, que se carezca del servicio de agua en los baños, que la luz eléctrica vaya y venga a su conveniencia, que los malandros asalten en las puertas de salida o que los vuelos despeguen con ocho horas de atraso. Eso es lo de menos.

Lo verdaderamente grave son las condiciones en que se encuentran los servicios generales necesarios para que operen las líneas aéreas en los aeropuertos respetando las normas de seguridad nacionales e internacionales. De nada le vale a una línea venezolana ser estricta si, cuando se disponen a utilizar los aeropuertos bolivarianos, se encuentran con una realidad que no pueden cambiar ni mejorar porque el Gobierno centraliza, politiza y tira al abandono el mantenimiento de estas zonas de aterrizaje y despegue.

Para quienes puedan llegar a creer que estas palabras son exageraciones propias de un periodismo sensacionalista, basta con recoger en este espacio una comprobación que le enfría la sangre a cualquiera. Veamos esta joya: "Todos los meses, el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil notifica a los controladores aéreos y a las líneas comerciales que en determinadas horas del día lanzarán cohetones en las cabeceras de la pista del aeropuerto internacional de Maiquetía".

¿Qué significa esto, que a lo mejor luce como una gracia militar bolivariana? Pues no, la razón es simple aunque...

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