Boda a la venezolana en Canaima

Viernes 17 de mayo de 2013. 9:00 A. M. Desde el asiento de atrás se puede ver a una pareja, tomados de la mano y visiblemente nerviosos después del despegue de la avioneta que sale de Puerto Ordaz hacia Canaima. Es la primera vez que ambos se montan en un avión de pocas plazas y la primera vez que viajan a ese destino. Es el primer avión en llegar al parque nacional para la boda y allí, además, viaja el vestido de la novia. En la pista de aterrizaje, la conocida periodista Valentina Quintero y su hija Arianna Arteaga están vestidas igual, con una suerte de uniforme de campamento. Ambas se disponen a recibir a los 101 invitados de la boda que tendrá el mejor escenario posible. "Cuando Arianna me escribió para decirme que le habían pedido matrimonio y que quería casarse en Canaima pelé los ojos contestándole: 'Hija, tu madre todo lo puede, te casarás en Canaima'. Y a partir de ese momento llamé a mis amigas que son unas productoras ejemplares", habla Valentina Quintero, convertida en temporal abuela de Catalina, una golden retriever a quien cuida mientras Arianna Arteaga y Federico Pisani están de luna de miel. "Nos fuimos a Canaima mi comadre, mi hijita y yo, inmediatamente para ver cómo funcionaba la logística. Lo primero era buscar que los invitados estuvieran cerca, que no hubiese problema con los traslados, confirmar una diversidad de precios y agendar paquetes para viernes, sábado y domingo, porque nos parecía que si la gente iba a Canaima, al menos debían disfrutarla". Así comenzó la organización de una boda que llevó el sello del orgullo por lo venezolano en cada detalle: desde la locación hasta la mesa. Una celebración posible y pensada por quienes viven con el propósito de recordar cada día lo excelso que tiene este país en cada esquina de su geografía. 10:00 A. M. "Disfrutar" es el colmo de la sobriedad. Al llegar, un tucán, la mascota de una de las posadas, se queda observando el equipaje y nuestras bocas abiertas ante la potencia del salto Ucaima, que está a pocos metros. En ese mismo instante las visitas son bienvenidas con un collar de peonías y se anuncia que más tarde habrá una excursión al salto El Sapo. "A 'Valenta' y a mí nos gusta ser anfitrionas, complacer a la gente, verlos disfrutar. Creo que ese ha sido el propósito de lo que ha hecho mi mamá en su vida. Es una cosa de familia, mis abuelos siempre fueron unos grandes anfitriones. También pasa por un afán de ser anfitrionas del país. Comprando revistas especializadas...

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