El Cadillac

Cuando alguien quería referirse al lujo sobre ruedas, mencionaba la mágica palabra Cadillac. Había otras marcas: Rolls Royce era sinónimo de dinero y poder; Mercedes Benz, de eficiencia y comodidad, y algunas marcas italianas lo eran de exotismo y carácter. Pero nada como el Cadillac. Porque, a diferencia del Rolls Royce, no había que ser jeque árabe para adquirirlo. Bastaba con un cheque girado a General Motors. El Cadillac fue el primer carro en abandonar la manivela e inaugurar, en 1912, el motor de arranque eléctrico. Encarnaba el lenguaje de la riqueza y la tecnología de punta. Había canciones que lo mencionaban y Hollywood hizo una película sobre el Cadillac de puro oro. John F. Kennedy fue asesinado en un Cadillac. Pero pasó que los automóvi les...

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