Claudia Rojas: El teatro me mantiene reconciliada con el país

La primera vez que la caraqueña Claudia Rojas pisó un escenario fue el 23 de febrero de 2013. La sala del Centro Cultural Chacao, con capacidad para 526 personas, estaba al límite. Formaba parte del elenco de Godspell, el musical que dirigió Armando Álvarez y que reunió en escena a 13 personas. Tenía 18 años de edad. Desde ese momento tuvo claro que lo suyo no solo era el canto, que ya practicaba desde los 13 en la academia de Delia Dorta, sino también la actuación.A sus 26 años ya ha trabajado en más de 15 obras. Hizo televisión con Eneamiga (Televen) y a la gran pantalla llegó con Yo, mi ex y sus secuestradores, de Javiera Fombona; siguió con The Dance, ópera prima de Rino Arreaza, y ahora protagoniza Dirección opuesta, la adaptación del libro Blue Label/Etiqueta Azul de Eduardo Sánchez Rugeles, dirigida por Alejandro Bellame. Este último proyecto, que filmó cuando tenía 23 años, es el que hoy disfruta. La cinta se estrenó en la edición 17 del Festival de Cine Venezolano y se llevó ocho premios, entre ellos Mejor Actriz para ella, por su interpretación de Eugenia Bianchi. La reacción del público con la esperada película fue tal que decidieron realizar un preestreno en el Trasnocho Cultural del 31 de julio al 8 de agosto.Parecen lejanos los tres años de formación teatral que realizó en el Centro Artístico TET (antiguo Taller Experimental de Teatro), adonde llegó luego de actuar en Godspell. Siempre tiene presente los consejos de su profesor Guillermo Díaz Yuma, también director del TET: "Él me dijo una "nada está bien ni mal dentro del arte, sino que simplemente funciona o no". Es decir, hay algo que puede funcionar en mí, pero que en otro actor no. Ahí está la magia de cómo transformar lo que quieres decir y lo haces tuyo. Funciona porque tiene una digestión completa e integral".Mientras estudiaba siguió realizando teatro. En ese mismo 2013 participó en El mago de Oz y en 2015 interpretó a Wendla Bergmann en el musical Despertar de primavera, una actuación que, dice, abrió su espectro como actriz. "Requería de una destreza dramática más grande y también me descubrí más en ese momento; entendí que podía llegar a esos rangos y cómo enfrentarlos", explicó. El montaje, que se presentó en el Centro Cultural BOD, fue la primera vez en la que el actor, director y dramaturgo Javier Vidal la vio en escena."Fue algo shocking [impactante], porque además de una bella voz, eso de ver a una niña crucificada, desnuda en escena, fue algo que me costó asimilar. Yo había visto el espectáculo en Broadway y quedé anonadado. El montaje era con Lea Michelle, de Glee, y Claudia Rojas no tenía nada que envidiarle", narra Vidal. "Destaco su calidad interpretativa vocal, porque canta muy bien...

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