Comedia negra

Tal vez para curarse en salud y hasta para enfatizar en la singularidad de su proyec to narrativo, Cervantes puso en boca del bachiller Sansón Carrasco la proverbial frase: Nunca segundas partes fueron buenas. En el caso de la madre de todas las novelas, la afirmación era genial pedantería; pero, la mayoría de las veces, la sentencia tiene carácter axiomático, más aún cuando las primeras partes han sido malas.Si echamos manos del Qui jote para referirnos a la situación planteada por la sucesión de Chávez, no es porque los autoproclamados herederos del megalómano líder bolivariano sean en sí personajes a la altura de Alonso Quijano, sino por el delirio y desvarío que los caracteriza, los cuales nos inducen a pensar que se trata de gente con el magín mal amueblado o que, para seguir con Cervantes, debe tener vacíos los aposentos de la cabeza.Sólo entendederas desorde nadas, pobladas de pájaros en avanzado estado de gravidez, y alimentadas al caletre con ideologías en desuso, pueden pretender que únicamente quienes como ellos piensan son depositarios de la verdad y, con tal convicción, procurar el monopolio de la venezolanidad mediante la expropiación de los símbolos patrios y, para colmo, parir un fanático culto al adalid de la llamada con deliberada incorrección quinta República para encapotar a Maduro con un manto de supersticiosa emoción que disimule sus carencias y oculte sus limitaciones Quod na tura non dat, Salmantica non præstat.Sucede, sin embargo, que el pretendiente rojo no es ni la sombra de su mentor. Y sucede también que, en honor a la verdad, la gestión de éste no fue mala: fue pésima; y su legado no es modesto: es espeluznante.Fue pésima su gestión por que se basó en la expansión continuada del gasto público y el insensato derroche de los ingresos petroleros, no para poner fin a la pobreza sino para hacer de ella un oficio, privilegiando la ociosa pasividad del asistido y desestimulando su capacidad productiva. Se creó, en síntesis, un colectivo clientelar cuyo único trabajo, durante casi 15 años, ha sido votar por el gobierno y sus candidatos.Su legado es espeluznante porque, como hemos visto en los 100 peores días de gestión pública de que se tengan noticias en nuestra historia...

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