Cuando comencé a andar sola en la calle el mundo se hizo una coreografía

Algunas veces, mien-tras esperaba al operador del Metro de Caracas para usar las escaleras mecánicas, la gente le daba limosna. Entonces decidió aprender a bajar sola al andén. Otras, en la calle, le preguntaban si alquilaba llamadas telefónicas. Pero ella, elegante sobre su silla de ruedas, ni pide dinero ni se estaciona bajo el sol rodeada de celulares. Ella hace arte con su cuerpo.Fabiola Zérega es bailari na de danza contemporánea desde hace más de diez años.Actúa, es productora y forma parte de AM Danza Compañía de Habilidades Mixtas, dirigida por Alexander Madriz.Una profesión que logra desvanecer en su mente todos los obstáculos que le toca sortear a diario: Cuando comencé a andar sola en la calle el mundo se hizo una coreografía.Si la ciudad se ha converti do en un lugar hostil, ni hablar para las personas que tienen alguna discapacidad: las aceras no tienen el ancho adecuado ni todas poseen rampas, los baños públicos sirven para guardar el tobo y el coleto de la persona que limpia, los probadores de ropa no cuentan con el espacio suficiente ni el transporte público posee una zona especial.En el caso de una artista, además, debe lidiar con lugares que no están acondicionados. Un ejemplo es el backstage de un teatro. Como espectador hay, entre comillas, las comodidades; pero no como creador, señala Zérega.Quien este año recibió men ción honorífica como Mejor Bailarina de Danza Contemporánea en los premios municipales cuenta que los escalones son muy altos y angostos, muchas veces los ascensores están dañados y para subir al escenario debe hacerlo con mucha antelación, para que puedan pasar la silla de ruedas y quedarse escondida hasta que le toque aparecer.El camerino más gran de siempre se lo dan al nombre que más resuena, pero todos somos artistas. Y así como hay quienes demandan flores por todo el lugar, yo lo único que exijo es que existan rampas, un baño accesible y que el camerino sea amplio para poder entrar con mi vehículo. Cuando el espectáculo es de calle muchas veces las tarimas no son estables. Si las tablas se mueven no puedo bailar porque la silla choca, me puedo caer y dañar la presentación... Uno respira profundo, se coloca su armadura de hierro y sigue echándole pichón, dice.Se trata de dificultades dia rias a las que se suma lo económico: Ser tullío sale caro. Uno además de usar zapatos, también usa guantes. Tuve que comprar unos que me costaron 10.000 bolívares y no duran ni un mes. Pero la pesadilla principal es...

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