Consummatum est

Y a no hay nada más que demostrar. A lo interno, aunque más a lo externo, quedó evidenciada la condición antidemocrática y tracalera del régimen. La elección de gobernadores del pasado 15 de octubre le quitó, de una vez por todas, el ahuecado velo que trataba de esconder su real apariencia.El régimen hizo lo de siempre, lo mismo que viene realizando desde su época dorada, cuando Hugo Chávez Frías era el rey: dividió a la oposición en dos grupos radicales participantes y abstencionistas, debilitando así su fuerza sufragante; apoyó a sus candidatos en forma desmedida, poniendo a su disposición de forma ilegítima los recursos del Estado; adoptó, a través de un Consejo Nacional Electoral descaradamente parcializado, múltiples medidas tremendamente perjudiciales a la oposición; inhabilitó ilegalmente a destacados líderes opositores, los cuales tuvieron que ser sustituidos por figuras de menor arrastre; abusó del tiempo de propaganda de sus candidatos a través de las consabidas cadenas de radio y televisión, y la utilización excesiva de emisoras de radio y televisión propiedad del Estado; e impidió la presencia de observadores electorales nacionales e internacionales confiables.Luego, con posterioridad al evento, se ampliaron las arbitrariedades por la vía de restringir las competencias de los gobernadores opositores y ampliar las correspondientes a los gobernadores de la revolución. En esta oportunidad Nicolás Maduro no sintió ninguna vergüenza al señalar por cadena de radio y televisión que los candidatos oficialistas que perdieron sus gobernaciones, serán nombrados protectores para no dejar al pueblo en la deriva; mientras que en el estado Miranda se procederá a reasignarle al nuevo gobernador Héctor Rodríguez las competencias que le fueron sustraídas a Henrique Capriles Radonski.Mas esta vez todo es diferente: ya la comunidad democrática mundial conoce las violaciones constantes que el alto gobierno y otros poderes del Estado llevan a cabo en relación con los más elementales principios legales que son consustanciales al Estado de Derecho, así como las satrapías que vienen ejecu tando encumbradas figuras del proceso revolucionario. De manera que, en nuestro caso, la legitimación de la dictadura por parte de la comunidad internacional es cosa del pasado.El fraude cometido por el go bierno así como los órganos y poderes que se le han subordinado es entendido ahora como lo que siempre ha sido: un acto tendente a eludir una disposición legal en...

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