El Estado debe retomar control en barrios para frenar la criminalidad

Una ráfaga de disparos que se escucha en los barrios que bordean el Cementerio General del Sur no inmutan al personal de mantenimiento, familiares de difuntos, ni a los funcionarios de Policaracas que están de guardia en el camposanto. Son las 11:30 am de un miércoles y para uno de los oficiales de turno la situación se trata solo de un café en la mañana en una jornada de 24 horas.Las balas no tienen horario en esos barrios que fueron declarados zonas de paz. A ellos como que les regalan las balas. Nosotros no tenemos alcance para defendernos cuando nos atacan.Si cualquier compañero de nosotros se asoma a esos lugares le lanzan una granada, dice el policaracas.El abandono de los barrios por la policía los ha convertido en microestados gobernados por grupos armados, colectivos y delincuentes. Las llamadas zonas de paz han abonado el terreno de la criminalidad y se convirtieron en trinchera delictiva para enfrentar a la policía.Por décadas sectores como el 23 de Enero y Guarataro han funcionado como paraestados al mando de colectivos. Con la supresión de la Policía Metropolitana, en 2011, el desplazamiento de los cuerpos de seguridad se extendió a otros sectores.En el proceso de supresión, gran parte de la infraestructura que tuvo el organismo en barriadas se perdió. Por lo menos 11 sedes zonas, distritos y módulos en sectores populares como Kennedy, Ruiz Pineda, La Cañada, Caño Amarillo, Los Mangos de La Vega, San Martín, Pérez Bonalde y Lídice están invadidas o fueron tomadas para otras actividades. Entre esos inmuebles está la Comandancia General del cuerpo, ubicada en un terreno de 20.000 metros cuadrados en Cotiza, que está en manos del colectivo Frente 5 de Marzo.La exministra de Relaciones Interiores, Carmen Meléndez, anunció el año pasado la recuperación de estas sedes para sumarlas al patrullaje inteligente, pero el anuncio no se concretó.En otras áreas de la ciudad los territorios son controlados por delincuentes que, en un pacto de no agresión entre bandas, declararon sus espacios como zonas de paz, como el programa gubernamental para la reinserción de delincuentes que ha impulsado José Vicente Rangel Ávalos, viceministro de Asuntos para la Paz, pero que en la práctica ha convertido ciertos sectores en zonas libres de policías.Ocurre en el sur de la ciudad, en los barrios de El Valle, la Cota 905 y de El Cementerio, donde las bandas se aliaron para defenderse de la policía y mantener el control de las plazas de venta de droga...

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