Diálogo sí, en respeto y libertad

Mi responsabilidad como diputada implica escuchar los planteamien tos de todos los venezolanos que me transmiten sus anhelos, propuestas, ideas y críticas. Muchos me piden explicaciones ante la devastación que sufre nuestro país y muchos más me exigen una respuesta para detener este proceso. Considero mi obligación exponer a los venezolanos mi visión de la ruta democrática que debemos recorrer para derrotar al régimen y construir un país de libertades y oportunidades para todos: eso hago en foros, encuentros, asambleas y entrevistas en distintos lugares de Venezuela. Las reacciones, desde luego, han sido muchas. Entre ellas, una muy airada crítica del periodista, exembajador y exconstituyentista Vladimir Villegas. Ella me ofrece la oportunidad de insistir en mis planteamientos.He expresado y reitero la ne cesidad de un cambio de modelo en Venezuela. Cada día se acelera la destrucción de la economía, el aumento de la conflictividad social, la ilegitimidad del gobierno y la represión. La gente no aguanta más. Plantear la renuncia de Maduro o la Asamblea Nacional Constituyente no es una estrategia de dudosa constitucionalidad o un acto de aventurerismo: son mecanismos contemplados en la Constitución venezolana. Todo lo que he propuesto y promuevo está enmarcado por ella: lucha por hacer valer el triunfo de Henrique Capriles en las elecciones del 14-A, investigación sobre la nacionalidad de Maduro, exigencia de justicia para las víctimas de Amuay, defensa de nuestro territorio Esequibo.Algunas personas han con fundido mis posiciones firmes en la defensa de la soberanía popular y la soberanía nacional, con intransigencia y falta de disposición al diálogo. Por el contrario, el diálogo requiere claridad, firmeza y convicción. El otro debe saber quién es uno. Y viceversa.Luego viene la construcción de puentes sobre las bases de la palabra racional, el respeto mutuo y la voluntad de alcanzar acuerdos.Cuando el gobierno preten de imponer la agenda del diálogo, sus términos y sus interlocutores, éste no existe: es una burda maniobra para le gitimarse, ganar tiempo, confundir o todas las anteriores.Nuestro país clama por un reencuentro entre sus ciudadanos. Las divisiones profundas e intencionales que se han generado en estos años por causas raciales, religiosas, generacionales, ideológicas o económicas han provocado heridas graves que...

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