Un día con Trueba

Acordamos buscarlo en el hotel. Se encuentra en la recepción esperando por su check out. "Me han cargado unas cosas del minibar, pero yo ni siquiera he desayunado en estos tres días acá". Lo dice sin conflicto, sonríe y le promete a la encargada de atenderlo no contar el malentendido a potenciales huéspedes. El cineasta español Fernando Trueba lleva puesto un sombrero entre gaucho, llanero y relajado panamá. Se lo han regalado la noche anterior al salir de la casa donde unos amigos venezolanos le han hecho honores musicales. Le digo que le queda muy gracioso y busca su reflejo en un vidrio ahumado "A que sí", y sonríe. Es la misma sonrisa que se ha instalado en su cara, inalterable, y probablemente desde el día en que miró el primer corte de su último filme El artista y la modelo. En aquel momento, cuando no había sido estrenada, decía con la pena del hombre modesto: "Mi mujer (que también es su productora) me dice que es mi mejor película". Y sin duda es su obra maestra, una elegía en la que el arte, la vejez, la muerte, la guerra, la belleza y el amor son abordados sin artilugios pero desde la profundidad de un director con kilometraje y sabiduría. Fernando Trueba también está contento porque su hijo Jonás, luego de su opera prima, Todas las canciones hablan de mí, ya se encuentra editando un segundo filme. "Ha rodado sin presupuesto. El equipo que lo acompañó ha trabajado por colaboración en las horas libres que tenían, usó película vencida, no lo ha hecho en digital". La artesanía de gran catadura es un sello de esa familia. La mala hora de Tenorio junior. Sus últimas horas en Caracas siguen a disposición de las entrevistas, la penúltima es con Ramón Pasquier y José Pisano en el Circuito Éxitos. Allí ahonda en su especialidad, los proyectos. "No te creas que me gusta la palabra profesional, la prefiero aplicada a la profesionalidad, es decir, el tipo que hace algo y lo hace muy bien, sea un conductor, piloto, médico, cocinero, lo que sea, pero en las cosas artísticas la palabra me da bastante miedo. No me considero un profesional ni tengo proyectos porque hay que tener varios. Los tengo porque te surgen ideas o te enamoras. Yo digo siempre que se pelean entre ellos porque les hagas caso". Ahora mismo dos documentales llaman su atención, uno sobre el cine iberoamericano, en el que busca levantar un muro de espejos sobre este continente con el fin de descubrir sus joyas olvidadas del cine. El segundo documental es lo que promete ser el...

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