¿Dialogar con el gobierno?

Al convocar su primera reunión con gobernadores y alcaldes de oposición, Nicolás Maduro fue tajante: quien no se subordine a la Constitución, a su mandato presidencial y al Plan de la Patria, puede seguir su camino. Surge entonces la duda. ¿Asumir y subordinarse al Plan de la Patria no implica forzosamente aceptar a pie juntillas la teoría y la práctica del chavismo, cuya más evidente finalidad es terminar de destruir cuanto antes lo que aún queda de modelo capitalista en Venezuela para construir sobre sus ruinas una sociedad socialista? Este razonamiento nos impone una pregunta inquietante. ¿Es de veras posible un diálogo de fondo entre Nicolás Maduro y la oposición venezolana? Mi conclusión es que la con tradicción ideológica régimen socialista más o menos a la cubana versus restauración de la democracia como sistema político genera una situación política y existencial insuperable. Tanto, que Maduro y sus principales lugartenientes no cesan de reiterarla, y tanto, que buena parte de la dirigencia opositora, desde 2003, ha preferido pasarla por alto para no verse obligada a meterse en camisa de once varas.Hay, sin embargo, un factor que puede suavizar las ásperas aristas de esta discrepancia esencial: voluntad política para explotar la escala de grises que a la larga, además de ser necesaria para esquivar los graves peligros que nos acechan a todos, facilitaría entablar un diálogo razonable entre el gobierno y la oposición. Siempre y cuando no se aspire a un imposible entendimiento global o una vez más se quiera confundir el rábano con las hojas y mirar hacia otra parte, sino que el objetivo real del esfuerzo sea alcanzar un modus vivendi de carácter provisional, que le permita al país transitar desde el actual estado de crispación general a un clima de convivencia relativamente civilizada. Ni más ni menos lo que Fidel Castro y John F. Kennedy intentaron hacer en 1962-63, después de Bahía de Cochinos, cuyo primer paso fue el encuentro casi clandestino de Richard Goodwin, asesor personal de Kennedy, y Ernesto Che Guevara, la madrugada del 17 de agosto de 1962, en Montevideo. Proceso de acerca miento que no se interrumpió ni con la crisis de los cohetes, y que si finalmente colapsó al año siguiente fue por culpa del crimen de Dallas.Ahora bien, el desarrollo de es tos encuentros entre Gobierno y autoridades locales de oposición nunca jamás con la MUD como tal únicamente tendría sentido si la oposición...

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