El diálogo y II

Oscura ceremonia de la confusión. Fernando Arrabal podría haberla incluido en alguna de sus obras más absurdas. Hasta el día de hoy, viernes 18 de mayo, una semana después de haber regresado de su última visita médica a La Habana, Hugo Chávez se mantiene alejado del ojo público. Ni siquiera se hace presente en el mundo virtual. Una ausencia que da lugar a tres hechos desconcertantes: 1. Los venezolanos, paso a paso, a lo largo de casi un año de hermetismo informativo absoluto, nos hemos ido acostumbrando a vivir sin un Presidente real. Y como en este caso el ausente no tiene sucesor, y como tampoco hay quien asuma la responsabilidad de ejercer el mando mientras dure su distanciamiento del cargo, en medio de la peor crisis de la historia nacional, sin comandante al timón de la nave, se tiene la impresión de que el país se desliza hacia el abismo ante la mirada imperturbable de muchos de sus habitantes. 2. Hace tres semanas, con la súbi ta creación del Consejo de Estado, se pudieron tejer algunas conjeturas. La primera, por supuesto, que el agravamiento de su salud obligaba a Chávez a considerar seriamente desistir de presentarse como candidato presidencial a las elecciones de octubre. La segunda, indisolublemente ligada a la anterior, que ante la amenaza que encierra esta decisión para el proyecto bolivariano, para Cuba y para la propia estabilidad política de Venezuela, se aceptaba el sacrificio de entablar un diálogo con el resto del país con la finalidad de garantizar una transición más o menos tranquila hacia otro e inevitable punto del proceso político. Nunca se dijo que esta fuera la función del Consejo de Estado, ni se habló de sus posibles interlocutores, pero desde el primer momento se presumió que ese era el objetivo del nuevo organismo. Hasta que las declaraciones de Elías Jaua, presidente del Consejo por mandato constitucional, sustituyó la vaguedad de esa esperanza con un aldabonazo frustrante. Ni diálogo, caballeros, ni transición, ni nada de nada. 3. Entonces, si aquella ilusión de evitarnos lo peor a un costo ba jo sólo había sido un brevísimo sueño de primavera, ¿para qué sirve este órgano supuestamente y sólo supuesta y teóricamente asesor del Presidente? Interrogante que, al no tener una respuesta satisfactoria, a su vez alimenta la recurrente ola de rumores sobre el verdadero estado de...

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