Días difíciles

Aveces no tenemos tiempo para darnos cuenta de lo afortu-nados que somos. Todas las probabilidades estaban en contra de que naciéramos.Sin embargo, lo logramos. Tenemos la suerte de estar vivos.De saber que existimos y que viajamos hacia un destino desconocido e incierto.Antes de nacer, existíamos con otra forma y en cuerpos diferentes. Fuimos proyectos en los genes de nuestros padres quienes, por alguna misteriosa y afortunada casualidad para nosotros, decidieron conocerse y amarse.¿De qué sirve la belleza del Salto Ángel si no hay ser pensante que la admire y le dé la connotación de bello? La cosa es más preocupante si pensamos en la probabilidad de que la raza humana jamás hubiera existido. Nadie sabría que era posible que existieran las maravillas que disfrutamos en nuestro entorno.Somos pasajeros de un tren veloz. Sabemos dónde vivimos y cómo nacimos. Pero no, cuándo partiremos ni a qué estación llegaremos. Nos asombramos al ver las cosas que pasan rápidamente por las ventanas. A veces, se bajan algunos viajeros que no saben a dónde van y, al mismo tiempo, suben otros que no pueden explicar lo que había en su estación.Las maletas de nuestros via jes contienen grandes tesoros. Maravillas que nos ayudó a empacar un misterioso maquinista que conduce nuestro tren: familia, amigos, mascotas, casas, empleos, automóviles, naturaleza y alimentos.Algunos pasajeros lo...

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