Dictadura, sin lugar a dudas

Hoy el panorama es más oscuro. Ya no cabe la menor duda de que lo que en frentamos en Venezuela es una dictadura, con el agravante de que esa dictadura se apoya, más allá de las armas y su correlativa violencia y del desfachatado control de los poderes públicos, en el narcotráfico y su reciprocidad con el terrorismo.Ese desolador escenario indica que el régimen que sufrimos no es solo un calvario para los venezolanos, sino también una amenaza inocultable para la paz de nuestro hemisferio.Está muy claro que esta dic tadura no quiere más elecciones, salvo procesos amañados con competidores a la medida de sus conveniencias, tal como ocurre en Cuba y ahora en Nicaragua. También es evidente que continúa, con más saña, la persecución política contra la dirigencia que la encara y los medios que no se doblegan.Ahora hay más presos, entre ellos diputados, mientras que Leopoldo López cumple tres años injustamente encerrado en la cárcel militar de Ramo Verde y Antonio Ledezma, reelegido alcalde metropolitano, suma dos años arbitrariamente privado de su libertad.Avanza la ruina de nuestro aparato productivo, destruyendo miles de pequeñas, medianas y grandes empresas que no soportan la embestida intervencionista implícita en este modelo anacrónico. Quedan 142.000 empresas de 600.000 que existían. Solo el año pasado cerraron 31.000 empresas y se disiparon 700.000 empleos.Hoy más que nunca necesita mos la solidaridad de la comunidad internacional, y, específicamente, de la aplicación de la Carta Democrática Interamericana. Las...

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