Dilemas de una nación secuestrada

Venezuela es una nación secuestrada.No es, por lo menos no todavía, una economía comunis ta. Porque, aunque menguadas, todavía existen empresas y propiedad privadas. Pero el avance voraz del gobierno rojo estatizando o monopolizando todo lo que puede, regulando precios, ejerciendo un férreo control cambiario y atemorizando empresas, permite concluir fehacientemente que no estamos tampoco ante una economía de libre mercado.No es, por lo menos no to davía, una dictadura. Porque, aunque hostigados hasta el extremo, existen partidos políticos activos, ya pesar de que el gobierno cuenta con comandos de civiles entrenados para disolverlas violentamente, las personas pueden todavía ejercer su derecho a la protesta. Pero la ausencia plena de autonomía de poderes, y de un sistema de justicia independiente, más la violación frecuente y sistemática de las reglas de juego establecidas en la Constitución, la instauración de un Estado paralelo y un aparato de control social de estructura cada vez más militar, permite concluir sin titubear que el sistema político imperante tampoco es una democracia. Peor, que es un totalitarismo en construcción.El mismo escenario en todos los terrenos. Hay elecciones frecuentes pero se realizan en condiciones de ventajismo obsceno por parte del partido de gobierno con la anuencia del árbitro electoral. No hay censura previa como en las dicta duras y todavía existen medios privados independientes, pero el descomunal aparato comunicacional gubernamental; la autocensura impuesta a los medios, especialmente a la televisión y la radio privadas; el uso de las divisas preferenciales como instrumento de chantaje gubernamental a los medios impresos, más el continuo uso abusivo de las cadenas radioeléctricas reiteran que entre nosotros la libertad de expresión y el respeto al derecho a la comunicación son solo un simulacro.Vivimos en una nación se cuestrada. El país ha sido tomado, gracias a una estrategia de autoritarismo slow motion, por lo que algunos calificamos como un Estado malandro y otros como Estado delincuente. Fuera de Ley.La fiesta electoral que desde hace años nos mantenía febriles y distraídos ha entrado...

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