Las dos campañas

Al momento de escribir estas líneas, viernes 8 de junio al mediodía, aún ignoramos cómo será la presentación de Hugo Chávez en las carpas montadas frente al CNE. Sabemos que hoy a las 4:00 de la tarde allí se hará presente el candidato, pero no se conocen los detalles del espectáculo que, en el mayor de los secretos, prepara el Comando Carabobo para disimular los efectos devastadores de la enfermedad de Chávez. Por su parte, en la otra orilla, to do está listo para la caminata de 10 kilómetros que harán desde 8 puntos distintos decenas de miles de opositores con el candidato a la cabeza de la marcha. El propósito es producir un evidente contraste entre las manipulaciones con que desde Miraflores se trata de ocultar el mal estado de salud del candidato oficialista, vano propósito por impedir el desfallecimiento total de la imagen cada vez más débil de Chávez, mientras la estampa vigorosa y juvenil de Henrique Capriles Radonski se hace más concreta en el imaginario colectivo. Hace pocos días, Colette Capri les, recurriendo a lo que Maquiavelo llamaba el arte de las apariencias en sus famosos consejos al príncipe, resumía esta diferencia como la oposición que existe entre la realidad y la ficción. Por supuesto, Colette tiene razón, pero yo añadiría que la contradicción más profunda entre los dos es la que separa un claro sen timiento vital, es decir, de vida, el Eros de Freud, y que la simple presencia de Capriles Radonski comunica en todo momento, y ese patético estar muriendo porque no quiero morir, que encarna Chávez a la perfección. No es un asunto de simples es trategias, sino de necesidad en un caso y de oportunidad en el otro. Desde este punto de vista, un repertorio de máscaras impuesto por una realidad imprevista, que desde hoy trazará las líneas maestras de un proceso electoral nunca visto. Jamás habíamos asistido a un espectáculo semejante y, sin duda, jamás volveremos a presenciar nada igual. Un Presidente amenazado de muerte por el ataque brutal de un cáncer innominado y una población que poco a poco se ha ido adaptando a la idea de ser gobernado por un mandatario ausente, que lucha y sufre desesperadamente por seguir vivo. Una situación que se condensa en el Chávez de visita fugaz a su Barinas más íntima para pedirle a Cristo, en cadena de radio y televisión, el rostro bañado por un...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR