La economia venezolana en el 2006 y perspectivas para el 2007.

AutorRiutort, Matías

BALANCE 2006

Durante el año 2006 se mantuvieron las mismas tendencias macroeconómicas del año 2005. El producto continuó creciendo y se incrementó en 10,3%, impulsado por el dinamismo de actividades no petroleras como la construcción, el comercio, los servicios financieros y las comunicaciones. Este resultado estuvo acompañado de una reducción del desempleo y la informalidad y un leve crecimiento del poder adquisitivo de las remuneraciones. Sin embargo, las metas de reducir la inflación no pudieron ser logradas (ver Cuadros 1 y 3).

Este crecimiento de la actividad económica estuvo relacionado con la expansión de la demanda agregada interna. Tanto el consumo privado como la inversión aumentaron en forma considerable. Dos factores impulsaron esta expansión: por un lado, el incremento del gasto público gracias a los crecientes ingresos fiscales petroleros, y por el otro, el aumento del crédito bancario gracias a la excesiva liquidez en la economía y al mantenimiento de bajas tasas nominales de interés. La política fiscal mantuvo un carácter fuertemente expansivo gracias al aumento de los ingresos fiscales y cuasi fiscales. El gasto público total del gobierno central ascendió en los tres primeros trimestres en 54,3% con relación al mismo período del año 2005. El precio promedio de la cesta de crudos venezolana superó los 56 dólares por barril, un 24% superior al precio promedio registrado en el 2005 y 70% mayor al precio del año 2004 (ver Cuadro 2).

Gracias a estos altos precios del petróleo las exportaciones petroleras superaron los US$ 64.000 millones y permitieron que el saldo global de la balanza de pagos se situara en casi US$ 4.600 millones, a pesar de que las importaciones de bienes aumentaron a más de US$ 31.000 millones y la cuenta de capital mostró un saldo negativo superior a US$19.000 millones. Es importante resaltar que las importaciones aumentaron en casi US$ 8.000 millones en comparación con el año 2005 y casi se duplicaron con relación al nivel que alcanzaron en el año 2004 (ver Cuadro 2).

El consumo privado aumentó en 18,4% como consecuencia del mayor dinamismo de los créditos al consumo y del mejoramiento de los ingresos de los hogares y a pesar del mayor ritmo de crecimiento de los precios. El mejoramiento de los ingresos se debió al aumento nominal de las remuneraciones, a la reducción del desempleo y la informalidad, al mantenimiento de las transferencias de recursos a los hogares a través de distintos programas sociales y a la ampliación de la cobertura de los beneficiarios del seguro social (ver Cuadros 1 y 3). Esto ocasionó un mejoramiento del poder adquisitivo de los hogares lo cual contribuyó a reducir los niveles de pobreza total y extrema. En efecto, en conjunto estos factores permitieron que el ingreso per cápita de los hogares se incrementara en 36% respecto al año 2005, mientras la canasta normativa de consumo sólo se incrementó en 12%. Esto permitió que el porcentaje de personas pobres pasara de 57% en el 2005 a 47,8% en el 2006. Por su parte, el porcentaje de hogares en situación de pobreza pasó de 48,2% en el 2005 a 36,6% en el 2006 (ver Cuadros 3, 5 y 6).

El repunte inflacionario del año 2006 impidió que el mejoramiento del poder adquisitivo y del bienestar fuese más pronunciado. La política antiinflacionaria, basada en el establecimiento de controles de precios y en la utilización del tipo de cambio como ancla nominal, no fue suficiente para contener las presiones inflacionarias surgidas como consecuencia de la excesiva liquidez monetaria que ocasionaron el aumento considerable del gasto público y la expansión de dinero a través del crédito. La liquidez monetaria (M2) creció en 69,3% durante el año 2006 y los precios a nivel de consumidor aumentaron en 17%. Esta política antiinflacionaria ha creado distorsiones en la asignación eficiente de los recursos, ha incentivado las importaciones y perjudicado al aparato productivo interno y las exportaciones no petroleras privadas han perdido dinamismo. Esto quiere decir que la política antiinflacionaria puesta en práctica, si bien pudo tener efectos positivos en los años 2004 y 2005 en cuanto a reducir la inflación, ha sido altamente costosa en términos de eficiencia económica y en términos de recursos, puesto que está...

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