Eloísa Maturén: Mi gran victoria ha sido perdonar y perdonarme

Recibió su regalo de Navidad por adelantado y, además, lo tomó como una señal de lo que podría traer para ella el año que apenas comienza: el 12 de diciembre la periodista y bailarina Eloísa Maturén se veía bailando en las célebres pantalla de Times Square como parte de la campaña con la que Harina P.A.N festeja sus 60 años en la mesa de los venezolanos en todo el mundo.«Fue muy emocionante, algo que no imaginé nunca», dice Eloísa Maturén, quien se sumó a la celebración aniversario de P.A.N. gracias a una llamada de María Alexandra Mendoza, gerente de Marca P.A.N. Global. «Quería mostrar, de una manera muy creativa, cómo la marca forma parte de la cocina del mundo. Y ella, hablando con una amiga, tuvo la idea de presentar a una mujer bailando con la harina. Comenzaron a buscar a esa persona y resulté ser yo».No lo dudó. Maturén, bailarina profesional de la época dorada del Ballet Teresa Carreño, ha tratado de dejar de bailar, pero la danza siempre la persigue, asegura.El clip se grabó en noviembre en Nueva York. El reto era presentar a la «baila-harina» a través de una coreografía sutil, enérgica, que representara los valores de la marca. Llamó entonces a Rolando Troconis, uno de los grandes amigos que le dejó su paso por el Ballet Teresa Carreño, para que la ayudara a crear la breve pieza que se vio en Times Square. «Fue una bonita experiencia colectiva», recuerda.Una experiencia que convierte a la también actriz en Pan People, una embajadora que velará por la presencia de la arepa en todo el mundo.Vive en Los Ángeles con su hijo Martín, fruto de su relación con el director de orquestas Gustavo Dudamel, de quien se divorció hace cinco años. «Me gustaría contar historias de personas en California que tienen pequeños negocios y estén dedicados a promover la arepa, a proyectarla», señala.Su trabajo con una de las marcas insignia de Empresas Polar coronó un año difícil del que Eloísa Maturén aprendió mucho de sí misma. «La vida tiene sus maneras ocultas de operar. En 2020 aprendí a rendirme ante ella, no en el sentido negativo, sino en aceptar lo que pasa. Lo único que podemos y debemos hacer es mantener la actitud de seguir avanzando. Eso fue 2020 para mí».Un año, además, que le permitió entender el verdadero propósito de las redes sociales: sentir que acompaña a mucha gente. Y lo hizo a través de La rocolera, un webshow que emite a través de su canal de YouTube y que llegó a la señal de Onda, la Superestación, una producción con la que se...

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