Epílogo

AutorDaniel Armando Contreras Méndez
Páginas123-124
Epílogo
A manera de conclusiones, debo insistir que gobernar es un pri-
vilegio. Somos humanos y dentro de cada uno de nosotros está
la idea de ser recordados en la historia. Los griegos creían en
ello. Sabían que solo por sus actos en vida serían recordados.
La inmortalidad solo se conseguía haciendo cosas grandiosas.
H plantea, en la Ilía da, el dilema de Aquiles: tener una
vida larga, pero sin gloria o una vida breve, pero con fama in-
mortal. No estoy diciendo que hay que hacer cosas que pongan
en peligro su vida, como lo hizo Aquiles, sino de realizar cosas
grandiosas, buenas, por lo que los demás lo recuerden.
Los retos en el ejercicio del poder son muchos. Estoy conven-
cido de que no existe un alcalde o exalcalde que no haya pen-
sado en la dolarización del presupuesto municipal. Está de moda,
por llamarlo así, establecer montos teniendo en cuenta la mo-
neda de mayor valor que publique el Banco Central de Venezuela
(BCV). Sería ideal que los municipios, las gobernaciones, las uni-
versidades, entre otros, reciban su presupuesto anual calculado en
dólares. Una solución práctica sería que el dinero al ser desem-
bolsado en moneda nacional, es decir, en bolívares, se haga to-
mando como referencia la tasa de cambio ocial en el momento
en que se deposite el doceavo. La razón es muy obvia. Presu-
puestar en bolívares y con una inación como la que hemos ve-
nido afrontando, es caerse a mentiras. Es detener el país. Calles y
avenidas en mal estado, paralización de obras públicas, abandono
de obras sociales, sueldos y demás conceptos salariales írritos, etc.
Ante el actual escenario, se debe concluir que presupuestar en

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