Los espacios públicos desde la perspectiva del género

AutorCarmen V. Velásquez M. de González; Ledy Anaida Meléndez U.
CargoInstituto de Investigaciones de la Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad del Zulia Apartado postal 15399 Galerías Telfax (58-261 7598503) cvelasqu@luz.ve, mail@anaidamelendez.com
I Introducción

El género, es un factor importante a tomar en cuenta en la investigación social, sobre todo si tiene que ver con el ocio y con la recreación como se trata en esta investigación.

Más que una diferencia basada en el sexo biológico, la perspectiva del género busca entender el contexto social e histórico en el cual los hombres y las mujeres viven y los cambios producidos, enfatizando los componentes culturales como una necesidad de entender las experiencias recreativas de cada uno (Faccio, 1992).

A través del tiempo, en el estudio de la relación de género con la recreación y el urbanismo, han surgido tres temas básicos de investigación: el tiempo de participación de las actividades, las limitaciones y el significado atribuido a los lugares. El primero, toma en cuenta las diferencias de oportunidades, el tiempo dedicado y las experiencias obtenidas. El segundo tema considera las limitaciones, específicamente aquellas expectativas sociales relacionadas con los roles tradicionalmente asignados a los hombres o a las mujeres. El tercero, explora los logros o contribuciones de las investigaciones con particular interés en como se refuerza o resisten las relaciones sociales, en cuanto a las actitudes y las creencias en una sociedad acerca de los que es femenino o masculino y también, como el tiempo de ocio afecta las ideologías y las relaciones de poder (Shaw S. en Jackson y Burton, 1999).

En esta pesquisa, con respecto a las categorías del género, fue asumido como un sistema en el cual se tomó en cuenta el conjunto de actividades para el esparcimiento, las normas y valores sociales y las características del espacio donde las personas establecían la socialización, a partir de unas diferencias biofisiológicas que inciden en la relación social (Meléndez, 2000).

En ese marco, el enfoque de la perspectiva del género posibilita la adquisición de conocimiento vinculando el ambiente construido con la práctica social. A través de esto, se cuestionó las condiciones de iniquidad de las mujeres y su incidencia en el desarrollo de la comunidad en este caso, la marabina.

Atendiendo a esas consideraciones se presentan a continuación algunos aspectos teóricos para posicionar a la ciudad y a los espacios públicos analizados.

La ciudad, según Augé (1993) es un lugar propicio para la acción, que es indiferente a las identidades del género que en él se muevan, pues llega a ser un texto en donde es posible leer la cultura de quienes la habitan, así como también, las huellas que han dejado sus moradores y los diferentes sentidos que van construyendo su dinámica social. Esta opinión del autor acerca de la ciudad, la define como un espacio igualitario con respecto a las necesidades de hombres y mujeres, involucrando por primera vez al género.

Por otro lado, Medina (1997: 112) tiene un sentido más amplio cuando indica que la ciudad es:

Un texto histórico construido por un número indefinido de sujetos que da cuenta de las interacciones y de las luchas por la construcción social del sentido. En ella son significantes tanto sus espacios, calles, edificaciones como las prácticas que realizan los sujetos que la habitan, los usos, la circulación, los itinerarios y el comportamiento de sus habitantes.

Ambos autores enfatizan el carácter social de la ciudad en la que la actividad de las personas le imparte dinamismo. En todo caso la urbe, como toda construcción social, está definida por los espacios abiertos que permiten el movimiento y las otras áreas, que tienen limitaciones para su libre accesibilidad. En el estudio realizado, se consideró el dinamismo que ha adquirido el centro comercial como un espacio social, como nueva modalidad de consumo y entretenimiento. Esto es además el reflejo de las transformaciones actuales en la disposición de la trama urbana, ya que la estructura de la ciudad se está organizando con base a esos sitios, dando el paso de la ciudad tradicional, organizada y planificada a una fragmentada, lo cual indica una diferente relación del habitante con el entorno público.

Dentro de ese marco, los centros comerciales, son pulmones climatizados de la ciudad, que tienen calles y plazas internas, según Medina Cano (1997: 18), quien amplía diciendo que el Mall es la expresión de los conflictos de clase, de los procesos de exclusión urbanos y de privatización de lo público, presentándose como un icono reconocible y con características reconocidas por los habitantes de la ciudad y así se convierte en un posible elemento dinamizador de la vida urbana en su contexto inmediato.

Por otra parte, las plazas han sido tradicionalmente el paradigma del espacio público, el núcleo de las actividades urbanas y la imagen del centro de la ciudad (Medina, 1997). Este tipo de espacio en donde el dominio público ha prevalecido, aunque ha mantenido su importancia en la satisfacción de las necesidades de comunicarnos, como centro de consumo ha decaído en importancia cultural y sus actividades tienden a ser dispersas, mientras que en los centros comerciales están concentradas y la tendencia es al auge de las mismas.

En virtud de esas características en ambos espacios urbanos estudiados, las personas aun sin quererlo, realizan un proceso de socialización, ya que se encuentran, se ven, se saludan e interactúan, dándole una gran significación citadina a éstos lugares. Por otro lado, aunque neutrales en su diseño, generalmente su configuración se basa en un estereotipo de ser humano común, propiciando la interacción y el intercambio entre los usuarios, pero no tomando en cuenta las necesidades particulares que puedan tener las mujeres y los hombres en esos espacios públicos.

En torno a esto, es conveniente mencionar que en arquitectura, el estudio del uso diferenciado del espacio ha sido una reflexión reciente en Venezuela. En general, los proyectos edilicios y urbanos han sido diseñados mayoritariamente por hombres y no se han conocido investigaciones específicas para tomar en cuenta las necesidades espaciales que procedan de los requerimientos particulares de las mujeres. Esta situación, refleja una desigualdad de oportunidades para ellas en la toma de decisiones en las esferas económicas y políticas.

Dentro de ese marco, este trabajo de investigación supone un aporte que incorpora la información obtenida mediante estrategias cualitativas de dos casos urbanos, la Plaza de La República y el Lago Mall, para tener elementos de reflexión que contribuyan al estudio de ese tema en la arquitectura y a la toma de conciencia con respecto a la apreciación femenina como distinto de lo masculino, en lugar de crear sitios indiferentes y confusos. Es la búsqueda de crear espacios creativos y abiertos, libres de opresiones y llenos de oportunidades para todos.

II Valores del espacio público

Desde una perspectiva del género, la búsqueda de evidencias entiende al espacio público como un lugar para vivir socialmente y para actuar como comunidad emancipada, en lugar de considerársele como un recinto marginal.

A efecto de analizar las características que dan valor al espacio público, se asumen los criterios propuestos por Carr, Francis y Stone (1992) tales como: el significado, la accesibilidad y la respuesta efectiva a las necesidades de sus usuarios. El primer valor, se refiere a la conexión entre la vida de las personas y el espacio público. Relaciona el contexto social con el medio físico construido, a través de la ocupación que hace el usuario del espacio. Con respecto al segundo, la accesibilidad se refiere a la oportunidad igualitaria que tienen los seres humanos para usar libremente las áreas colectivas sin restricciones. Por último, la respuesta efectiva está representada por la forma como el diseño del lugar corresponde con las necesidades de confort, relajación y descubrimiento de los seres humanos que lo utilizan.

Por lo tanto, en esta investigación se considera que esos valores mencionados son posibles cuando se entienden las necesidades de los usuarios y en cuanto éstas se interpretan desde la dimensión del género, lo cual significa que la mujer y el hombre perciben, sienten y se apropian del espacio de una manera particular y diferenciada, basándose en sus distintos intereses y oportunidades del tiempo libre. Es por ello que, durante el proceso de observación y de análisis de los espacios estudiados en esta pesquisa, se le concede importancia a esa apreciación, constituyendo un planteamiento equitativo de la satisfacción de las necesidades del ser humano.

Adicional a lo anterior, se apoyan los criterios planteados por Faccio (1992) en cuanto a la perspectiva del género, indicando que este es un fenómeno complejo, multidimensional en su interpretación y significación el cual, más que una diferencia basada en el sexo biológico, el género es un concepto que busca entender el contexto social e histórico en el cual los hombres y las mujeres viven y los cambios que se producen como consecuencia de esa relación. En tal sentido, en la presente indagación, se consideran los componentes culturales entre ellos el género, como una necesidad de entender las experiencias recreativas que cada uno tiene en su tiempo libre.

III Caracterización de los espacios analizados como casos de estudio

Con el fin de determinar si dichos espacios públicos responden a las necesidades de la comunidad marabina y si se adecuan a situaciones de género, se investigó a la...

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