Europa, Siria y la polución

¿En qué se parecen la crisis económica europea, la guerra civil en Siria y el calentamiento global? Nadie parece tener el poder para detenerlos. Esto se debe, en parte, al he cho de que los tres pertenecen a una peligrosa clase de retos que afronta el mundo: problemas que requieren de la intervención de varios países actuando concertadamente, ya que ninguna nación ni siquiera una superpotencia los puede resolver por sí sola. Además, estos problemas se complican debido a que la capacidad de los países para ponerse de acuerdo entre sí y actuar de manera concertada ha venido declinando. Y, al mismo tiempo que la ca pacidad de la comunidad internacional para coordinarse y actuar declina, los problemas que requieren que esto ocurra vienen en rápido aumento. La tecnología y demás fuerzas que impulsan la globalización están entrelazando naciones, sociedades y grupos cada vez con más fuerza. Una de las consecuencias de esta interdependencia es que se ha disparado el número de problemas inmunes a la actuación de un país que los enfrente a solas. La realidad es que si bien los problemas se han vuelto globales los acuerdos políticos necesarios para resolverlos siguen siendo tan locales como siempre. Es difícil que los gobiernos dediquen recursos a problemas más allá de sus fronteras y a trabajar con otras naciones para afrontarlos, mientras los duros problemas que afectan a sus propios ciudadanos siguen sin resolverse. El cambiante panorama de la política mundial también socava la capacidad de actuación de la comunidad internacional. A medida que el número y los intereses de quienes se sientan en las mesas donde se negocian los acuerdos internacionales han aumentado, los espacios para la concertación y la acción concertada han disminuido. Potencias emergentes como los BRIC Brasil, Rusia, India, China, otras nuevas coaliciones de países y actores no gubernamentales como fundaciones, iglesias, activistas sociales o sectores empresariales que antes solían ser ignorados ya no lo son. Múltiples nuevos actores han adquirido el poder para exigir que su voz sea oída y sus intereses estén representados en las negociaciones sobre la manera como el mundo intenta manejar sus problemas colectivos. Inevitablemente, cuando todos estos intereses dispares y contradictorios son incorporados en las negociaciones, los arreglos resultantes reflejan el mínimo común denominador necesario para alcanzar un acuerdo. Y los...

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