Germán García-Velutini

En el lugar donde cualquiera de nosotros hubiese renegado, luego de haber esta do once meses y nueve días sometido a los rigores de una organización de secuestradores, hay que decir que el breve libro de Germán García-Velutini no contiene el relato de una experiencia victimizada.La desgracia no le sirve ni le sirvió mientras permaneció cautivo para interrogar a Dios sobre la injusticia que, sobrevenida, cae sobre la vida de un hombre justo. Tampoco se constituye en resignación en aceptación cabizbaja, aplastada, de la desdicha. El infortunio se establece aquí como el punto de partida del diálogo entre un hombre atrapado y Dios hay que decir, su Dios.Dos relatos avanzan en pa ralelo a lo largo de Dios en mi secuestro Distribuidora Es tudios, primera reimpresión, Caracas, 2013: uno, escrito en tercera persona, que se refiere a los hechos y realidades del secuestro: que en el párrafo anterior haya desechado la palabra banda y haya usado el sustantivo organización quizás podría sugerir los altos parámetros de planificación y ejecución con que operan ciertos criminales Germán se sentía rodeado de profesionales, gente que sabía lo que estaba haciendo.El otro, si se me permite la li cencia, es un relato de resisten cia. De resistencia espiritual.Que nos remite a un hombre en oración, a la invocación de Dios en el dolor Para conocer la verdad hay que entrar en uno mismo, y este encierro es una oportunidad para hacerlo.Ahora, entre estas cuatro paredes oscuras, estoy más seguro de que la verdad no está en las cosas de este mundo sino en Dios, y a Dios uno lo encuentra dentro de sí mismo. Dios ha sido testigo de mi vida y yo no he estado avisado de esto...

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