Pranes negociaron con el Gobierno y dejaron Bs 1,7 millones en Rodeo II

"Es Oriente. A las 7:00 am nos vamos a entregar. Que se sientan orgullosos de habernos ganado esta guerra, por ahora", dijo el preso que lideró el conflicto carcelario del Rodeo, y que mantuvo en jaque durante 26 días al gobierno de Hugo Chávez.

El reo, identificado por las autoridades como uno de los "pranes" de Rodeo II, se comunicó telefónicamente con El Nacional para informar su decisión de rendirse, junto a sus compañeros, y solicitar la presencia de organizaciones defensoras de derechos humanos y de medios de comunicación privados durante el procedimiento que se concretara hoy en el recinto carcelario de Guatire. "Queremos que se sepa que estamos vivos y bien.

Aquí no hay gente golpeada.

Sólo estamos deshidratados por la falta de agua y comida, por eso nos vamos a entregar", explicó "Oriente".

--¿Por qué llaman para informar que se van a entregar? --Queremos que ustedes, los periodistas, estén aquí abajo, para que vean cuando nos saquen y llamen a los derechos humanos internacionales.

--¿A qué acuerdos llegaron con el Gobierno? --Lo que buscamos es salvar la vida. Ellos nos garantizaron que nos iban a respetar nuestras vidas.

--¿Con quién negociaron específicamente? --Con el ministro (Tareck) El Aissami, con el jefe de la Guardia Nacional, creo que se llama Motta (Luis Alfredo Motta, comandante de la GN), con Diosdado (Cabello) y con el jefe de la guardia de aquí.

Pranes en helicóptero. El reo explicó la logística de la salida: "Vamos a salir en grupos de 10 en 10. El traslado se hará en autobuses y en cada uno deben ir 2 familiares, para que se garanticen nuestras condiciones.

Además, a otro grupo de 50, los pranes, los llevarán en helicópteros a la mínima de Tocuyito".

Todos los demás, aproximadamente 900 hombres, serán llevados a la cárcel de Yare II, según lo prometido por las autoridades a los presos.

Aclaró que hay un grupo de aproximadamente 90 reclusos que no apoyó la decisión de entregarse y se mantendrá en rebeldía. No especificó quiénes eran, ni por qué se negaban a abandonar el lugar.

-- ¿Ustedes confían en que les van a cumplir los acuerdos? --No, no confiamos en ellos.

Pero ya no podemos seguir aquí. No tenemos luz, agua ni comida. No somos máquinas ni robots. Aquí hay compañeros muy débiles. Durante todos estos días cargábamos los celulares utilizando ventiladores de control remoto y le echábamos cloro al agua sucia.

Ellos nos ganaron con su guerra de desgaste, pero no con su guerra psicológica. En eso no pueden con...

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