HISTORIAS Una afición compartida

El seudónimo profesional de Eduardo Sanabria es Edo. Sus ilustraciones tienen un espacio fijo de lunes a domingo en la prensa nacional. Cuando se piensa en un ilustrador, la imagen de su lugar de trabajo aparece en la mente como un recoveco desordenado y repleto de imágenes caricaturescas. Pero la oficina de Sanabria no es así. Es un espacio ordenado con dibujos multicolores colocados en un corcho, algunos cuadros de ilustraciones propias y muchos juguetes.

Lo que más llama la atención al momento de entrar son las tres figuras de Moe, Larry y Curly, mejor conocidos como Los Tres Chiflados. Están colocadas en su escritorio, junto a su computadora. Detrás, en un mueble, hay más: Superman, Batman, Guasón (encarnado por Heath Ledger), Mickey Mouse, Kiko, Buzzlightyear, Pitufina, Papá Pitufo, Bart Simpson, Homero Simpon y más.

"Colecciono muñecos desde 1993, específicamente figuras de acción de los comics más representativos, y personajes animados de Disney y Warner Brothers. Empecé a comprarlas durantes mis viajes de trabajo. Actualmente, tengo aproximadamente 300 figuras. Las guardo en mi casa, en el cuarto de estudio. He traído algunas a la oficina porque no me caben allá", dice Sanabria.

Además de ilustrador y coleccionista, Sanabria es papá. Tiene una hija de tres años de edad y, según el artista, ha dejado sentir su paso por la colección de juguetes: "Tengo algunas figuras dispuestas para que ella juegue, en especial unas de McDonalds. Una vez, entre ella y su prima le rompieron la cabeza a un Buzzlightyear.

Lo tengo guardado para ver cómo lo reparo".

Cuenta que le ha enseñado a cuidar los juguetes, pero que no se puede ser muy estricto en ese sentido porque la esencia del juguete es ser usado para jugar. "Le he explicado que los que están en mi oficina son una colección de papá. Ella entiende y sabe cuáles puede tocar y cuáles no".

Añoranza recopilada. Marcos Bujanda comenzó su colección cuando su esposa quedó embarazada y salió a comprar el coche para su futuro hijo. Ese día empezó a comprar juguetes y, como él mismo dice, "a jugar, a coleccionar". Hoy tiene más de 4.000 figuras de todo tipo y se define a sí mismo como un coleccionista de todos los juguetes de varón que se han hecho después de la Segunda Guerra Mundial. Esto es: desde los de latón y madera de las décadas de los cincuenta y sesenta hasta muñecos de historietas y modernas consolas.

En su carpeta de inventario, donde tiene apuntados casi todos sus juguetes, explica: "Medio...

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