Cuando la identidad no cuadra con la cédula

D aniel es una persona de 27 años de edad que nació con genitales exteriores femeni nos, por lo cual se le registró con nombre de niña pero siempre se sintió varón. En la adolescencia desarrolló un micropene y corporeidad masculina, pero también posee los labios mayores de una vagina. Pasaba inadvertido porque tiene la apariencia de cualquier hombre, pero solo hasta que tenía que mostrar su cédula de identidad en la que figura un nombre de mujer. Daniel es una persona diferente, es intersexual.Soy una persona bendecida, dice al referirse al apoyo que siempre ha recibido de sus familiares y amigos. Sin embargo, ha tenido que afrontar los perjuicios de la incomprensión de su particularidad: desde las dudas del empleado de un banco al abrir una cuenta, pasando por las difi cultades para viajar al exterior, hasta los obstáculos para cursar estudios u obtener un empleo.Sin identidad no existes. Da niel resume en cuatro palabras la trascendencia de un confl icto que deja al descubierto la discriminación que sufren las personas por razones de identidad y expresión de género y la violación de su derecho constitucional al libre desenvolvimiento de la personalidad.Aún no le han expedido una nueva cédula de identidad ni un nuevo pasaporte con nombre de hombre y sexo masculino. También tendrá que rectifi car otros documentos como el título de bachiller. Quizás sean trámites engorrosos, pero Daniel siente alivio porque la discriminación que ha sufrido a lo largo de su vida está próxima a fi nalizar. Quizás termine sus estudios de Arquitectura.Nombre, sexo y género. En ju nio de 2014, con el apoyo de la ONG Pro Bono de Venezuela, Provene, Daniel logró que un tribunal ordenara la rectificación de su partida de nacimiento, a través de una nota marginal en ese documento.Jordy Moncada, abogado de Provene, destaca que este tipo de decisiones contribuye a visibilizar la situación de los intersexuales, quizás la menos conocida de las diversas opciones comprendidas en las siglas Lgbti lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales.La sentencia de la jueza sex ta de municipio del área metropolitana de Caracas, Jenny González Franquis, indica: En el presente caso no se está ante un supuesto de cambio de nombre o de sexo por la simple voluntad del solicitante, sino que al margen de su voluntad el solicitante fue producto de un trastorno de identidad sexual en el transcurso de su crecimiento, el cual se acentuó en su adolescencia.La salvedad que hace el...

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