El impacto de los estudios de justicia criminal en el clima socio-político y económico de las naciones en transición y en vias de desarrollo.

AutorEskridge, Chris

Resumen

En este artículo se propone la realización de esfuerzos para crear los departamentos académicos de criminología y justicia criminal, dentro de los sistemas de educación superior de las naciones en transición y en vías de desarrollo. Es mi proposición que con el tiempo este plan estratégico reducirá el alcance y la extensión de la corrupción en estas naciones, y llevará generalmente al delito a un contexto más manejable. Esto creará una gran oportunidad para tales naciones, de asegurar la inversión externa, comprender el incremento de la estabilidad económica, y participar eventualmente a un mayor grado en el mercado económico global.

Palabras Claves: Justicia Criminal, Educación, Países en Vías de Desarrollo.

Criminal justice education and its impact on the socio-political economic of nations in transition and developing nations.

Abstract

It is proposed that efforts be undertaken to develop academic departments of criminology criminal justice within the higher educational systems of developing and transitional nations. It is my proposition that in time, this strategic plan will reduce the scope and extent of corruption in these nations, and will generally move crime into a more manageable context. This in turn will yield an enhanced opportunity for such nations to secure external investment, realize increased economic stability, and eventually participate to a greater degree in the global market economy.

Key Words: Criminal Justice, Education, Developing Countries.

L'impact des études de justice criminelle dans le climat sociopolitique et économique des nations en transition et en voies de développement.

Résumé

Cet article a pour but l'achèvement des efforts pour créer les départements académiques de la criminologie et de la justice criminelle, à, l'intérieur des systèmes d'éducation supérieure des nations en transition et en voies de développement. Ma proposition, c'est qu'avec le temps, ce plan stratégique va réduire la portée et l'extension de la corruption dans ces nations et, généralement, amènera le délit à un contexte beaucoup plus maitrisable. Ceci créera une grande opportunité pour de telles nations, d'assurer I'inversion étrangère, de comprendre la croissance de la stabilité économique et de participer éventuellement, à un majeur degré, dans le marché économique global.

Mots clefs: Justice Criminelle, Éducation, Pays en Voies de Développement.

  1. -- Introducción.

    Como historiador político, Ted Robert Gurr notó hace algunos años, que las instituciones del orden público pueden ser exitosas, solo si fortalecen las fuerzas sociales fundamentales que van en la misma dirección (Gurr, 1979). Concuerdo con esa observación, con el corolario de que a veces, esfuerzos concentrados y deliberados pueden llevarse a cabo de manera exitosa, para agitar y anticipar esos movimientos sociales. Teniendo esto en cuenta, en este artículo propongo que se lleven a cabo esfuerzos para crear inicialmente un ambiente que conduzca al establecimiento de departamentos académicos de justicia criminal (1), dentro de los sistemas de educación superior de las naciones en vías de desarrollo, y una vez logrado esto, continuar haciéndolo en forma subsecuente. Es mi proposición que con el tiempo, este plan estratégico podrá reducir el alcance y la extensión del crimen organizado y la corrupción en cualquier nación, entre otros beneficios. Esto creará una gran oportunidad para las naciones en vías de desarrollo, en particular, de asegurar la inversión externa, comprender el incremento de la estabilidad económica, y participar eventualmente en un mayor grado en el mercado económico global.

    Permítanme emparejar estas observaciones iniciales con otra que es hasta cierto punto muy obvia, cual es el concepto occidental del imperio del derecho, las tradiciones democráticas, y el desarrollo profesional y la legitimización de las instituciones del orden público, que no han sido firmemente establecidos en la mayoría de las naciones en vías de desarrollo. Debido en gran parte a este factor, y aunado a la lucha por manejar adecuadamente sus problemas con el delito y la corrupción, a dichas naciones se les ha dificultado el llegar a estar completamente integradas en el mercado económico del mundo occidental (de Soto, 2000).

    Aún con las repercusiones del 11 de septiembre, una sola filosofía económica y política permanece dominante en gran parte del mundo. La apertura de los sistemas de comercio ha ayudado a traer una paz y una prosperidad sin precedentes en gran parte del mundo, pero este ha sido un fenómeno marcadamente asimétrico. Los países menos desarrollados se encuentran cada vez más marginados de la economía global, presentándose así la necesidad de integrar a estas naciones dentro del sistema de comercio mundial. Aún muchos de los adversarios del capitalismo notan con rencor, que este modelo económico y su gemelo actual, la democracia social, parecen estar proporcionando las herramientas necesarias para alcanzar alguna medida de libertad, prosperidad económica y justicia social.

    El problema es que la democracia social y el capitalismo contemporáneo no se pueden empalmar fácilmente en muchas sociedades tradicionales. Tales estructuras políticas y económicas requieren, entre otras cosas, leyes que sean fundamentalmente justas y seguras, una tradición del imperio del derecho, una predisposición intrínseca por parte de las personas a adherirse a la ley y respetarla, tener hábitos legales, definiciones de responsabilidad, patentes aplicables, mecanismos de recaudación de débito, y agencias reguladoras (por ejemplo, la habilidad de proteger la propiedad privada, asegurar la calidad de los productos, imponer contratos, el poder de disminuir las prácticas monopolistas, etc). Esto no forma parte de las tradiciones y culturas de las naciones en vías de desarrollo, y ellas ciertamente no tienen el capital financiero ni el capital humano necesarios para instituir tales cambios en el presente. Pero como Zakaria (1999) ha notado, los mercados libres y abiertos se transforman rápidamente en una lucha en la que muchos toman parte si éstos cambios no se producen, lo que traería como resultado en este juego un desenlace de darwinismo social, es decir, un continuo mandato del más fuerte y el predominio del crimen organizado en los vecindarios del tercer mundo.

    Mientras cada nación tiene su propia historia y cultura únicas, a menudo se presentan algunas tendencias ocultas que son significativamente similares. Yo sugeriría, por ejemplo, que los impactos residuales de la ocupación hispana aún se prolongan dentro de las instituciones sociales y políticas latinoamericanas. Como Dyer (2000) observó, las Américas son democráticas en el norte, pero hay claramente una falta de tradición democrática al sur del Río Grande. Esto se debe a varias razones, una de las cuales es que los primeros colonizadores de los EE.UU. y Canadá vinieron de Bretaña y Francia, trayendo consigo al Nuevo Mundo las tradiciones democráticas ya en desarrollo. En contraste, los colonizadores europeos de las regiones de Centroamérica, vinieron casi exclusivamente de una España y un Portugal autocráticos, y mantuvieron una jerarquía social muy estática, la cual era totalmente extraña a los principios de la igualdad democrática.

    Específicamente, los colonizadores españoles establecieron el sistema de encomienda, que otorgó el control político y judicial a unos pocos favorecidos, de manera similar al modelo comunista centroeuropeo de mediados del siglo 20. Los gobernadores españoles y los comunistas ya se han ido. Sin embargo, aunque el alcance de los cambios constitucionales se ha establecido en casi cada nación de estas regiones del mundo, muchos de esos países todavía encuentran difícil el escapar de sus historias paralelas, y la verdadera democracia en estos ambientes continúa moviéndose a pasos lentos y temblorosos (Dyer, 2000). El hardware constitucional está presente para el surgimiento de la democracia, pero el software no lo está.

    La propuesta que se perfila en este artículo podría servir, en cierta forma, para revertir dicha tendencia. Está construida sobre la premisa fundamental de que una democracia representativa requiere de un público informado y activo. La justicia, la libertad, la estabilidad política, el imperio del derecho y la democracia verdadera, no son fenómenos que ocurren de manera natural. Ellos han llegado a ser parte de...

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