Kapuscinski, Ryszard Un ebano de mucha tinta.

AutorCova Maduro, Antonio
CargoEbano - Resena de libro

en Crónica de la Editorial Anagrama, Colección Crónica, Barcelona, España, 2000

"Se vuelve cada vez más importante para el mundo la pregunta no de cómo alimentar a la humanidad --hay comida suficiente, a menudo sólo se trata de organización y transporte-- sino de que hacer con la gente. Qué hacer con la presencia en la Tierra de millones y millones de personas. Con su energía sin emplear. Con el potencial que llevan dentro y que nadie parece necesitar. ¿Qué lugar ocupa esa gente en la familia humana? ¿El de miembros de pleno derecho? ¿El de prójimos maltratados? ¿El de intrusos molestos?" p. 288 del texto África --el vasto continente que en 340 alucinantes páginas, Kapuscinski (de ahora en adelante RK) dibuja ante nuestros pasmados ojos-- parece domina la presencia de la gente, de multitudes o individualidades a quienes no sólo nadie parece dar oficio ni sentido, sino de quienes todos abusan a cada rato.

Sus élites en primer lugar. Militares y políticos confabulados para expoliarles y la penosa traición de sus intelectuales, quienes al primer tiro escapan a la comodidad y seguridad de Europa occidental o Norteamérica, desde donde se lamentan de que las cosas no sean allá como en las tierras que les acogen.

Pero también los dirigentes del mundo. Africa es hoy un yerno abandonado por todos, una tierra de nadie a la cual visitar pone a quien corra el albur en grave riesgo. Desde la malaria, omnipresente en las páginas de este sensacional libro, hasta las guerras sin fin y sin sentido que hoy se ceban en este vasto continente.

RK no es ni un observador reciente, ni un superficial oteador de costas de palmeras y ociosos hoteles como los que vegetan en Nairobi o Abidjan, dos grandes metrópolis africanas que hoy despiertan espantadas del sueño que las construyó. No, no lo es. Y no lo es porque, como nos lo hace saber en sus primeras páginas, ha sido testigo de excepción desde fechas hoy inmemoriales de ese continente.

Ya para fines de la década de los 50 del siglo que apenas concluyó, RK logró que un periódico de su Varsovia natal le enviase como corresponsal al Africa subsahariana. Eran tiempos en los que el mundo socialista se preparaba con fruición para llenar el vacío con el que todos avisoraban se toparía de narices ese continente cuando se produjese el voraz proceso de la descolonización.

Por eso le tocó a Costa de Oro, ahora bautizada Ghana, iniciar sus admirables notas de prensa justo cuando inauguraba su independencia con Nkwame Nkrumah...

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