La lechera del siglo XXI

Chávez pone en peligro la soberanía nacional, la propia independencia, repite proyectos desastrosos en una escala monumental: Venezuela ha sido un país estatista solo que hasta 1973 nos gobernaron hombres prudentes. Al recorrer Venezuela por los 80 tropezábamos con parques industriales abandonados, fábricas cayéndose a pedazos que nos hablaban de que el estado intentó industrializar al país por decreto, producto de la voluntad de Carlos Andrés Pérez en su primer período. A pocos kilómetros de San Felipe, a 50 plantas abandonadas las volvían chatarra. La Corporación de Fomento las liquidaba, algunas en tiempos de CAP II en su intento fracasado de rectificación. Vendían una alfarería por la centésima parte de lo que había costado, estas industrias solo sirvieron para enriquecer a los seudos empresarios que nunca pensaron en ponerlas a funcionar. Sobre esto hay tesis y estudios académicos en las bibliotecas de las universidades. El petróleo pagaba esa fies ta ayer, hoy financia los planes presidenciales, aquí y en otros países. El presidente repite errores monumentales de algunos gobiernos civiles solo que en una escala grotescamente monumental. Hay una diferencia: aquellos planes de industrialización por decreto dependían de créditos regalados a supuestos empresarios, Chávez financian empresas estatales, sociales, cooperativas y algunas mixtas, pero también unos vivos se enriquecen; aquello terminó en el Viernes Negro. Hoy el control de cambios oculta la inevitable devaluación que merma el salario real del trabajador y esto continuará mientras haya dólares en el Banco Central. El pasado jueves Chávez ha blaba en cadena como la lechera de la vieja fábula ofreciendo futuras maravillas. Anunciaba que duplicaríamos la producción de cemento, llenaríamos el...

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