Un líder nació en Venezuela

En el proceso electoral que concluye con la tercera victoria de Hugo Chávez no ha estado en juego sólo la Presidencia, sino también la confrontación entre dos modelos de vida: uno que ha aspirado al control de la sociedad y a la imposición de un pensamiento único, y otro comprometido con la democracia, la justicia social y la libertad. Uno inspirado en la Cuba de Fidel Castro, y otro en la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, y en Luiz Inácio Lula da Silva. Con este triunfo se consoli da el modelo de gobierno populista en el país. Aun cuando su victoria es contundente, 54,42% de los votos, la diferencia con el candidato opositor, Henrique Capriles, es mucho menor que la obtenida en 2006, cuando el Presidente ganó su segundo mandato con 63%. En esa oportunidad, quizá embriagado por la magnitud de la cifra, propuso profundizar su revolución mediante la aplicación de las leyes sobre la organización de la sociedad y de la economía. Esas leyes, aprobadas pero no implementadas totalmente, deberían dar origen a un nuevo poder comunal, que supone la relación directa de líder y pueblo, y a la supresión progresiva de la institucionalidad democrática. Mientras, todos los órganos del poder público del país le son obedientes. Por eso es significativo que después del triunfo Chávez llamó a la convivencia, invitó al diálogo, al debate y a trabajar todos juntos por Venezuela, si bien subrayó que el pueblo había votado por él y por el socialismo. Felicitó a la oposición por haber aceptado los resultados y se comprometió a ser mejor presidente y a exigir más eficiencia a sus colaboradores. Pero ya ha hecho ofertas similares, así que habrá que esperar sus nuevos pronunciamientos una vez que haya pasado la euforia de la victoria. La campaña fue memorable. Capriles, un político joven, alcalde primero, gobernador de un estado después, elegido en primarias, con la participación de más de 3 millones de venezolanos, presentó su mensaje con energía y creatividad. En 3 meses visitó y recorrió las calles de más de 300 pueblos, hizo actos multitudinarios en las 24 capitales de estado, en contraste con la campaña de Chávez, quien estuvo limitado por salud. Las multitudes que asistieron a las concentracio nes de Capriles revelan que logró despertar gran entusiasmo y, sobre todo, que hizo renacer en el país...

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