Memorias petroleras y una ojeada al futuro

Considerando la inmensa importancia que durante un siglo ha tenido el petróleo en la vida del pueblo venezolano, resulta oportuna la ocasión de las elecciones presidenciales para una comprimida panorámica de lo que tuvimos, lo que tenemos y lo que aspiramos a tener en la industria petrolera nacional. El reventón de Los Barro sos-2 en 1922 marcó el inicio de la era petrolera contemporánea en Venezuela, dando comienzo a una frenética actividad de exploración y explotación. Ya para 1929 el país era el segundo productor mundial y el petróleo representaba 80% de los ingresos del Estado. La bonanza petrolera proporcionó cuantiosos recursos al gobierno de Gómez, y se inició la transformación de una sociedad rudimentaria en un país moderno, urbanizado, con vías de comunicación, con una población saludable y educada y una fuerte clase media. Durante décadas el país se fue modernizando, apoyado en un modelo centralizado administrado por una larga sucesión de gobiernos paternalistas. Resulta fácil entender que así fueran las cosas en aquellos tiempos, pues quizás solamente un gobierno fuerte con dinero abundante podría sacar al país del atraso. Entre 1948 y 1962 se instaló en el país la Teoría de la Dependencia, un sistema de sustitución de importaciones, tarifas, controles de precios, subsidios y moneda sobrevaluada. El balance: un déficit fiscal crónico, desequilibrios de la balanza de pagos, inflación, recesión económica, fuga de capitales y deuda externa. El petróleo continuaba alimentando las arcas oficiales y se acentuaron el centralismo, el poder discrecional del gobierno y el tráfico de influencias. La consigna de Uslar Pietri de sembrar el petróleo constituyó un llamado al gasto honesto y eficiente en programas y proyectos destinados a consolidar nuestra sociedad en un ambiente de justicia social, y crear fuentes permanentes de actividad económica y empleo. Pero en gran medida la consigna no pasó de allí. La inmensa dependencia del petróleo, la cual durante décadas fue necesaria para hacer el tránsito a la modernidad, siguió dominando casi todos los espacios dejando pocas oportunidades a la diversificación económica. Se fueron acentuando los contrastes sociales y las desigualdades, caldo de cultivo para fuertes confrontaciones políticas. Como era de esperarse los costos de mantener el hipertrofiado e ineficiente aparato oficial se hicieron insostenibles...

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