Los objetivos declarados del derecho a la educacion. Especial consideracion al menor inmigrante.

AutorEster Sanchez, Antonio Tirso
CargoEnsayo

THE STATED AIMS OF THE RIGHT TO EDUCATION. SPECIAL CONSIDERATION TO MINOR INMIGRANT

LOS OBJETIVOS DECLARADOS DEL DERECHO A LA EDUCACION. ESPECIAL CONSIDERACION AL MENOR INMIGRANTE

  1. Introduccion

    Dentro del contexto de las sociedades multiculturales la referencia al objetivo del derecho a la educacion tiene un significado especial. La situacion de minoria de edad habitual de los educandos les hace particularmente sensibles a la informacion recibida. Es por ello por lo que resulta imprescindible la determinacion del contenido cultural de la educacion. Un contenido que resultara presidido por las exigencias que impone el libre desarrollo de la personalidad como objetivo declarado del derecho en cuestion (1).

    Se impone al respecto resolver la tension existente entre las tendencias enfrentadas a la transmision de los postulados culturales propios de la tradicion familiar, a la asimilacion cultural, y la que propone la transmision de postulados culturales plurales eventualmente contrapuestos tanto a los de la tradicion familiar como a los que definen a la cultura dominante. La solucion de este problema tendra que pasar necesariamente por analizar el sentido del reconocimiento de la identidad cultural como soporte de la personalidad individual, las implicaciones inherentes a la vivencia en un concreto entorno social y la peculiaridad que representa que sea precisamente un menor de edad el receptor de la accion educativa.

    La ordenacion de los tres epigrafes que componen el presente trabajo responde a este esquema, al que seguira una sucinta indicacion de las conclusiones alcanzadas.

  2. El reconocimiento de la identidad cultural

    Las politicas educativas deben tener como objetivo la idea de posibilitar al individuo un desarrollo libre de su personalidad sin obstaculos que le mermen la percepcion del protagonismo que le corresponde y le produzcan inseguridades que danen su autoestima. La estructuracion del sistema educativo debera buscar la realizacion de objetivos precisos sin perjudicar la realizacion personal de quien recibe la formacion. Si la sociedad receptora no introduce en sus sistemas educativos esos valores para que los menores aprendan desde edades tempranas que hay que respetar a todas las personas y culturas desde el plano de igualdad se caera en una falta de reconocimiento o, lo que es peor, en un falso reconocimiento que podra causar a los "no reconocidos" una infravaloracion de si mismos, pocas veces superable que va a repercutir en la formacion de su identidad.

    Esta falta de reconocimiento o incluso ese falso reconocimiento al que Charles Taylor hace referencia produce "una forma de opresion que aprisione a alguien en un modo de ser falso, deformado y reducido" (2). Esta afirmacion suscito duras criticas, destacando, entre otras, la del profesor Giovanni Sartori quien senala que hablar de opresion en la falta del reconocimiento es "exagerar a lo grande" (3) y que no puede compararse la opresion del falso reconocimiento con la del preso sin libertad. Sartori advierte que la falta de dicho reconocimiento puede producir en el individuo "frustracion, depresion e infelicidad" (4), pero nunca opresion.

    En nuestra opinion hablar de opresion ante la falta de reconocimiento y valoracion por parte de los miembros de una sociedad hacia un grupo cultural determinado tiene sentido porque el vacio social que llega a producir dicha situacion afecta directamente a los intereses de cualquier individuo al verse considerablemente mermadas las posibilidades de realizacion de su propia autonomia, resultando anulada totalmente en muchas ocasiones la autoestima de las personas.

    Siguiendo una linea argumental parcialmente diferente Will Kymlicka defiende que "existe una profunda necesidad humana de ver reconocida y respetada por otros la propia identidad. Percibir que la propia identidad es omitida o poco reconocida por la sociedad produce un dano profundo en el sentido personal del propio respeto" (5). Los individuos necesitan ver reconocidas sus raices, lo contrario representaria un dano psicologico que puede conducir a la depresion y en algunos casos al suicidio, salvo que el sujeto posea una personalidad lo suficientemente fuerte como para que no se vea afectado por esa falta de reconocimiento (6).

    Cuando los individuos se ven reconocidos en su cultura identitaria, alcanzaran una mayor confianza y seguridad a la hora de elaborar juicios sobre las diferentes cuestiones y protagonizar sus propias decisiones. Maria Jose Albert Gomez senala en este sentido que "desde una autoestima positiva todo es diferente porque nos conectamos con nosotros mismos y con el mundo desde una perspectiva mas amplia, equilibrada, consciente y productiva que nos permite un desarrollo integral" (7).

    El contrapunto es que el individuo "no se siente libre ya que necesita consultar sus decisiones con otros porque no escucha ni confia en sus mensajes interiores, en su intuicion, en lo que el cuerpo o su verdad profunda le gritan" (8). Cuando la autoestima del individuo es baja, sucede que no tiene fuerzas para decidir por si mismo, no se ve capacitado y se siente inferior al resto de los miembros de la sociedad. No es esta precisamente la mejor manera en que puede el individuo garantizarse a si mismo el mejor desarrollo de su personalidad, ni la sociedad aprovechar las aptitudes y talentos de un individuo reducido en sus posibilidades de ponerlas en practica (9).

    La pertenencia de un sujeto a una determinada cultura, ya sea coincidente o no con la cultura dominante de la sociedad en la que habita, supone un pilar imprescindible para desarrollar una capacidad intelectual que le permitira sentirse identificado con una determinada comunidad social y le permitira discernir y elegir entre las diferentes opciones que se le presentan a lo largo de su vida, siendo estas elecciones personales significativas en su desarrollo personal para conformar la identidad de su persona acorde con los valores y principios definitorios de la cultura con la que se vea mas reconocido.

    Una persona que se ha desarrollado dentro de los parametros de una determinada cultura en expresion de Leon Olive "tiene propiedades relevantes para su identidad y para que los demas la identifiquen o para que incluso ella misma lo haga, entre las cuales destacan las propiedades relacionales de ser miembro de esa cultura. Esto implica tener tales y cuales creencias y disposiciones, ser vista de ciertas formas particulares por los demas en su comunidad, y tener cierta imagen de si misma y cierta autoestima" (10).

    Ahora bien, esa seguridad que en principio genera el sentimiento de pertenencia cultural, resulta ser, en palabras de Ignacio Ara Pinilla, una "seguridad relativa" porque "no se apoya en conocimientos incontestables ni en experiencias en modo alguno universalizables; al contrario, son experiencias particularizadas, aun cuando familiares al grupo o comunidad de que se trate, ubicadas en un determinado contexto que conforma la propia interpretacion de los datos que de manera mas o menos implicita se dan por ciertos" (11). Lo ideal seria, desde luego, buscar una seguridad absoluta, totalmente estable basada en un conocimiento lo mas amplio posible de los principios caracteristicos de las diversas culturas existentes y adquirir unos conocimientos plurales que le puedan garantizar al individuo la obtencion deseable de una mayor capacidad para poder llegar a discernir hacia donde quiere enfocar su propia concepcion de la vida y realizar ese pleno desarrollo de la personalidad de un modo que pueda considerarse mucho mas argumentado.

    La experiencia nos demuestra que las sociedades abiertas, evolucionan de manera acelerada y vemos cambios culturales que se producen en el transito de una generacion a otra que pueden ciertamente resultar bastante bruscos y llamativos al romper con la idiosincrasia que venia definiendo hasta entonces el modo de ser mas comun de los miembros del grupo social. Aparentemente una generacion que se desarrolla en el presente puede distar mucho en su modo de ser y de entender las cosas de la generacion anterior o por el contrario apenas producirse algun tipo de cambio (dependera un ultimo termino del grado de apertura de dicha sociedad y del deseo de sus diferentes miembros de aceptar o no la produccion de esos cambios culturales), porque entre estos saltos generacionales, aunque a simple vista tal vez no se pueda siempre apreciar el fenomeno con la debida claridad, observamos que se siguen compartiendo determinados nexos de union cultural entre las generaciones pasadas y presentes. Todo ello por mas que viene a suponer una realidad evidente que las tradiciones culturales pasadas vayan perdiendo de manera paulatina el indiscutible protagonismo que en otro tiempo tuvieron en las sociedades democraticas de referencia.

  3. El dilema de la integracion social

    El derecho a la educacion presenta una doble faceta: como derecho humano que mira a...

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