Reverón, creador de objetos

El universo reveroniano aguarda al paso del visitante en un espacio amplio, de luces atenuadas y paneles que intercalan objetos, muñecas y pinturas en la exposición Reverón. El relámpago capturado en la Ga lería de Arte Nacional, Caracas.El rostro de Armando Reveron queda fijado en la memoria del espectador mediante la reproducción de un enorme retrato que hacia 1954 le hiciera Victoriano de los Ríos: en Las ideas me bailan en la cabeza vemos a Armando Reverón, aquel del Castillete, de abundante barba canosa, frente a la cámara, con su pecho descubierto y sus ojos cerrados, meditando, mientras cinco muñequitas agarradas de manos hacen como si bailaran sobre su cabeza. Este enorme Reverón se arma como punto de fuga en la sala y a su alrededor gira todo lo demás, incluyendo al espectador.La sensación protagónica del retrato en realidad está dando cuenta de la enorme carga simbólica manejada en la exhibición: se está hablando de una presencia latente y central, la de Reverón y, en torno a él, su discurso plástico. No obstante, la verdadera riqueza de la muestra la constituye la colección. El discurso museográfi co allí tejido anuncia el ambiente que en toda la exhibición se respirará: algunos contextos cobran vida en la medida en que entablan relación con el personaje, su tiempo, su historia y el espectador.Miedo a la alteridad Armando Reverón no concibió sus objetos como obras de arte.Sin embargo, hoy no se discute su estatuto de arte pues dentro de cada objeto se encierra una poética particular, una representación, y quizá su reflexión estética mas no una investigación en el sentido científico estricto. Como lo explicó Juan Calzadilla en su artículo El pintor como espectáculo, publicado en Papel Literario en el año 1990: Reverón no se ocupó, o no sintió la necesidad de elaborar un pensamiento teórico como conjunto de reflexiones distanciadas o funcionando en otro plano de su obra. ... [pero] se sentía estimulado por los descubrimientos que hacía mientras realizaba su obra. Sabemos cuánto disfrutaba con la operación de descubrir lo inédito.En este constante descubrir, los objetos que Armando Reverón creó más bien eran representaciones de... Un juego de dominó, el teléfono que no suena, birretes sacerdotales de tonos teatrales, hasta sus llamativas alas de murciélagos o el caballete con parasol, las muñecas, etc., todas eran creaciones hechas desde la particular forma de mirar de Reverón. Y no es un secreto que por mucho tiempo esa particular...

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