¡Ojo al Cristo que es de vidrio!

No recuerdo si me lo contaron o lo leí en algunas de esas revistas descua dernadas por los pacientes en las salas de espera; ni siquiera sé cuán cierto sea el cuento mas, subrayaría un italiano, se non è vero, è ben trovato que atribuye a un miembro de la familia real británica, acaso la reina misma, haber manifestado consternación porque la prensa solo publicaba malas noticias. Ante tal queja, fundada quizá en la convicción de Chesterton según la cual el periodismo consiste esencialmente en decir que `Lord Jones ha muerto’ a gente que no sabía que Lord Jones estaba vivo, el fl emático editor de un tabloide sensacionalista que escudriña la basura de la Casa Windsor buscando deslices aristocráticos para entretener a la plebe y aumentar la circulación, decidió publicar una columna diaria de buenas noticias y, así, alegrar las mañanas de su majestad, quien, a pesar de habitar en el mundo de fantasías expuesto con obsceno lujo de detalles por la prensa del corazón, tendría algo de razón: no es descabellado afirmar que medios amarillistas privilegian tragedias y catástrofes bad new is good new prejuzgan do que la gente es morbosa por naturaleza.La difusión de aciagas nue vas que por estos días alcanzó altas cotas con terribles vindicaciones atentados yihadistas en París, perturbadoras revelaciones vudú de narco parientes en flor e intimidantes ultimatos pónganse a rezar para que haya paz, eclipsó la concesión del Premio Cervantes a Fernando del Paso; y, aunque deseábamos ese galardón para Rafael Cadenas, nos regocija que el jurado se haya decantado por el escritor mexicano que, en 1982, se hizo con el Rómulo Gallegos por Palinuro de México, novela que leímos bajo el infl ujo de su deslumbrante José Trigo considerada hito fun damental de la narrativa azteca; como esta, aquella es una pantagruélica francachela verbal que, para contento de los lectores, abunda en ingeniosas ocurrencias y, de entrada, les advierte con antinómica y cantinfl érica lógica que: La razón por la cual algunos de sus personajes podrían parecerse a personas de la vida real, es la misma por la cual algunas personas de la vida real parecen personajes de novela; de modo que, con este preaviso, ya saben a qué atenerse antes de abordar sus exuberantes páginas.De Palinuro, eterno estu diante de medicina, guardamos el recuerdo de desopi lantes sucesos relacionados con un ojo artificial que le es obsequiado por el general que tenía un ojo de vidrio y poseía además una colección de...

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