PERMANENCE AND VALIDITY OF THE CONCEPT OF "MORAL VIRTUE" IN CONTEMPORARY PHILOSOPHY/PERMANENCIA Y VIGENCIA DEL CONCEPTO DE "VIRTUD MORAL" EN LA FILOSOFIA CONTEMPORANEA.

AutorBuganza, Jacob
CargoEnsayo
  1. Introduccion

    La etica de la virtud parece estar destinada a retornar siempre con mas fuerza y desde nuevas formulaciones. Asi parece entreverse en la filosofia moral contemporanea, especialmente en algunos de los grandes filosofos morales de los siglos XX y XXI. En este trabajo, retomaremos algunos casos paradigmaticos que nos permitan observar como es que el concepto de virtud moral se halla presente en la discusion academica reciente. Nos proponemos, entonces, retomar y revisar algunas de las propuestas de algunos filosofos contemporaneos en torno a la virtud moral, con la intencion de visualizar la importancia que tiene dicho concepto, al que consideramos medular.

    En un primer momento, recuperaremos la manera de entender el concepto de virtud moral en John Dewey, poseedor de una pluma como la de pocos. En efecto, en el logra apreciarse la continuidad del concepto de virtud a traves de la nocion de "caracter" (character). Como es bien sabido, el termino [phrase omitted] (ethos) tiene como una de sus acepciones la de "caracter", pues la etica busca formar al hombre a traves de el. Y es que el caracter es sinonimo, igualmente, de habitus, esto es, de algo permanente en un ente, en este caso en el ente racional. Y como la virtud moral es un habito, se sigue que el caracter indica no otra cosa que un habito moral al que llamamos virtud.

    En un segundo momento retomaremos el caso de Nicolai Hartmann, el cual lleva a cabo una axiologizacion del valor, muy de acuerdo con la etica axiologica que se deriva de la fenomenologia iniciada con Husserl, que es continuada por Scheler y que tiene entre sus grandes cultivadores a filosofos como Edith Stein y Dietrich von Hildebrand. De inmediato haremos lo propio con el importante cultivador del pensamiento aristotelico Enrico Berti, cuyas obras sobre el Estagirita son de sobra conocidas, y en particular su filosofia practica tiene la impronta indiscutible del gran discipulo de Platon. Finalmente, revisaremos dos maneras en que se entiende a la virtud moral en la filosofia iberoamericana reciente, pues retomaremos algunos pasajes de las obras de Victoria Camps y Mauricio Beuchot.

    Como puede verse, pretendemos obtener una vision abarcadora sobre la vigencia del concepto de virtud moral haciendo referencia a filosofos de distintas corrientes, a saber, el pragmatismo (Dewey), la axiologia (Hartmann), la filosofia neo-aristotelica italiana (Berti), la filosofia hispana (Camps) y la latinoamericana (Beuchot). En todos ellos, encontramos un tratamiento importante del concepto de virtud moral, y ello nos habla de su vigencia en la actualidad.

  2. Accion, conducta y caracter en John Dewey

    Para ver el concepto de virtud moral en John Dewey, es preciso adentrarse a el mediante las nociones de conducta (conduct) y caracter (character). Estas nociones, a su vez, se hallan muy lucidamente trabajadas en su obra Theory of the Moral Life, de la que retomaremos algunos pasajes que estimamos importantes. En efecto, Dewey realiza una fuerte trabazon entre la conducta y el caracter. El termino conducta, apunta el filosofo estadounidense, implica la idea de continuidad de accion, mientras que el concepto de caracter encierra el de ser algo estable. Por lo anterior escribe: "Donde obra la conducta no existe simplemente una sucesion de actos inconexos, sino que cada cosa que se hace promueve una latente tendencia e intencion que conduce, que lleva a otros actos y a una realizacion o consumacion nal" (1).

    Aunque no lo advierte explicitamente, el subrayado de Dewey hace suponer al lector que el tiene presente que la conducta precisamente "conduce" (conducting). Es cierto que conducere implica que una cosa se lleva a algun punto; en este caso, la accion tiene una finalidad que la guia. Esto adquiere mas luminosidad si se tiene presente que ducere (duco) significa tirar, jalar o llevar. La conducta es, en este sentido, el ser llevado por algo; la conducta es la manera en que un individuo se guia o es llevado o tirado. Por lo anterior, tiene todo el sentido que Dewey escriba: "La conducta puede ser excentrica y erratica simplemente porque la persona que la observa se ha formado en el pasado esa clase de disposicion. Un caracter inestable puede ser producto de actos deliberadamente escogidos con anterioridad" (2). Siendo asi, el caracter es una suerte de "forma" que adquiere el agente moral en relacion con la conducta o guia que ha escogido, pues, como se aprecia en el texto, Dewey hace referencia a los actos deliberadamente escogidos (acts deliberately chosen).

    Ahora bien, la conducta implica, para Dewey, la idea de una "serie" (the idea of a series), pues los actos que realiza el ser humano de manera consciente son actos conexos, aunque prima facie no sean morales. Hablando con propiedad, los actos humanos, para el, no estarian aislados, sino que implican la idea de continuidad. Todos los actos humanos, al menos potencialmente, tienen una significacion moral (moral significance). Si todos los actos tienen relacion entre si, entonces es necesario postular que hay unidad en la vida humana. Solo aceptando la unidad de la vida humana es posible aceptar la idea de caracter, pues esta solo puede tener aplicacion como algo que se establece en un ente. Por ello, nos parece, Dewey sostiene una ontologia en su filosofia moral, pues el caracter se establece en un ser, a saber, en el hombre. Esto equivale a lo que los latinos llaman habitus, pues este termino refiere necesariamente a una posesion; para que haya posesion es necesario que algo sea lo poseido y otro quien posee (alguien que posea, en sintesis). Es precisamente quien posee el ente que se modifica a si mismo mediante la posesion, pues se trata en este caso de una posesion que transforma radicalmente a su poseedor. Las palabras de Dewey son reveladoras:

    "El habito se profundiza mas significativamente aun en la estructura misma de uno mismo (into the very structure of the self); significa la formacion y consolidacion de ciertos deseos, una mayor sensibilidad y correspondencia a ciertos estimulos, una confirmada o menoscabada capacidad para restar atencion y pensar acerca de ciertas cosas. El habito encubre (covers), en otras palabras, la formacion misma del deseo, intencion, eleccion o disposicion que da a un acto su calidad de voluntario" (3).

    Es el habito, entonces, lo que transforma la estructura moral del agente moral, pues encubre toda la gama de apetitos a los cuales el hombre esta llamado naturalmente. El habito es lo que hace perdurable la serie de actos que el agente efectua. Por ello, se aprecia que Dewey sostiene una ontologia en su nocion de habit, pues las acciones exigen que haya un ente permanente (a single and stable self); la moral reflexiva, que es la manera en que denomina a la etica Dewey, exige la consciencia de la existencia de tal ser persistente, pues es capaz, solo asi, de ser consciente del papel que desempenan sus actos externos (4).

    En Dewey se aprecia un esfuerzo muy encomiable por pasar de una moralidad natural a una moralidad reflexiva. Para el, lo natural es que los seres humanos muestren agrado o desagrado, aprobacion o reproche ante ciertos actos. Resulta "instintivo" efectuar juicios de esta naturaleza acerca de los actos ponderables. De ahi su insistencia, que casi se encuentra pagina tras pagina del libro que seguimos, de invertir el orden "natural" por uno "reflexivo"; en otras palabras, de invertir la estima como efecto de la aprobacion o desaprobacion de los observadores, a ver que es aquello que fundamenta que algo sea digno precisamente de una estima favorable o desfavorable. De ahi asimismo que acentue la importancia de analizar la "norma", lo cual efectua a partir de la teoria pragmatista, conocida hoy mas como consecuencialismo (5). Para ello, le resulta necesario ver que relacion existe entre la norma y la finalidad. Su respuesta es que estan vinculadas estrechamente, pues "Aunque fin y norma son dos conceptos distintos que tienen diferentes significados, en la naturaleza misma de una norma esta requerir que lo que es aprobable de acuerdo ella se convierta en un fin. En otras palabras, pide la creacion de un nuevo fin o, en caso de que el fin sugerido por el deseo sea aprobado, un fin con una nueva cualidad; la de haber recibido el sello de la aprobacion" (6). En sintesis, la norma busca la aprobacion de la accion, y si la finalidad esta normada, aquella adquiere aprobacion.

    Esta normatividad, tal como la entiende Dewey, no esta exenta de sus consecuencias. De ahi que argumente en contra del principio latino fiat iustitia, ruat coelum, expresado mas frecuentemente como fiat iustitia, pereat mundus. Se trata, segun advierte Dewey, de un principio puramente formal, y no satisface la carga de materialidad que la norma debe implicar necesariamente, pues, como el dice a proposito de la felicidad, "La funcion de la norma es, pues, distinguir entre las diversas clases de satisfaccion material, para poder determinar que clase de felicidad es verdaderamente moral, esto es, aprobable" (7). Si el principio no incluye materialidad, resulta que no otorga un criterio a partir del cual pueda diferenciarse entre lo que es moral o aprobable y lo que es inmoral o reprobable.

    Ahora bien, la aprobacion esta intimamente vinculada con la "virtud". Pero aqui se aprecia el punto de inflexion entre la moral primitiva y la moral reflexiva. Mientras que en la primera el caracter es aprobado no porque sea virtuoso, sino que es virtuoso porque es aprobado, en la segunda la preocupacion se centra en descubrir que rasgos de caracter deberian ser aprobados. Mientras que la moral primitiva esta centrada en la valoracion que de facto llevan a cabo los otros, en la moral reflexiva el problema se plantea en terminos de por que algo debe ser alabado, promovido o vituperado; busca una perspectiva objetiva del problema, y la manera en que intenta hacerlo es mediante una norma que tiene pretensiones universales. Se trata de una...

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